lunes, 25 de octubre de 2010

capítulo 1 de Amar... Te Duele "Los Planes"



Amar...Te Duele
Capítulo 1 "Los Planes"



Jazz, nena— escucho la voz de mi madre al otro lado de la puerta Se que es temprano y es sábado, pero hay que hacer muchas cosas, tenemos que ver al organizador, y recorrer muchas tiendas.

Si ma, ya voy— contesto mas dormida que despierta —Son las 7 de la mañana y es sábado, es de los pocos días que tengo para levantarme más tarde, pero parece que mi madre esta mas emocionada con lo de la fiesta que yo— rezongó por lo bajo.

Me doy una ducha rápida, salgo y me pongo lo primero que encuentro, unos jeans rotos, una camiseta negra sin mangas, tenis y en la cintura me amarro una sudadera gris; me desenredo el cabello sin peinarme realmente. Bajo a la cocina, y ahí está mi madre viéndome con ojos de desesperación.

Nena, se que a ti no te entusiasma celebrar tus XV años, lo sé, pero dame este gusto, cuando tengas a tus hijos me entenderás— me dice para que quite mi cara de pocos amigos.

Ma es que eso ya esta pasado de moda, ya nadie celebra así su cumple, porque no simplemente me regalan un viaje ¿y ya?— contesto —a mis primas y amigas a si les han hecho, ¿yo porque no?.

Un viaje lo puedes tener siempre, celebrar tus XV años con chambelanes, vals, misa y la fiesta lo recordaras siemprecontraataca ella —además ni creas que tu padre y yo te dejaríamos que te fueras de viaje sola— concluyo así el tema —ten toma algo de jugo aunque sea temprano, que tengas algo en el estomago, porque la verdad te veo muy flaca y así el vestido ni va a lucir. —me dice mientras extiende la mano con un vaso de jugo.

La verdad odio los jugos, no me gustan, pero ya para evitar problemas lo tomo de un solo trago —!agw¡ —digo mientras termino todo el vaso.

¿Ves?, te digo, si por ti fuera de aire vivirías, ni el jugo te gusta —comenta de mala gana mi madre. —¿Ya?, vámonos que recuerda que Gio nos espera a las 8, y así cómo vamos, llegaremos tarde.

Sergio, mamá— la corrijo — se llama Sergio.

Bueno ¿lista?, que se nos hace tarde va de camino ya hacia la puerta sin esperar mi respuesta.

En cuanto salimos de la casa, nos subimos a la camioneta. Pero antes de cerrar la puerta creí ver...

Pero que demoni... —comencé a decir, pero viendo la cara de mi madre, me quede callada.

Niña, que te pas... —se quedó a media frase.

Aun no puedo explicarme lo que vi, pero el efecto si lo sentí. Sentí un escalofrío que me recorrió toda la columna, sentí como cuando dice la gente que se “fue la sangre a los pies”, estaba sudando frío, temblaba sin parar. Sentía una cómo si alguien o algo hubiera introducido en mi pecho una mano o algo más que impedía que mi corazón bombeara sangre como debería.

¿Nena que te pasa?, ¿qué sientes? —preguntaba sin esperar respuesta. —¡Toño! —gritaba desesperada, —¡Ed! ¡ayudenme! ¡Toño! —seguía gritando.

Yo sentía que mis párpados pesaban cada vez más, sentía que la fuerzas me abandonan. Y mi madre no paraba de gritar histericamente.

En eso salen corriendo de casa mi padre y mi hermano, aún en pijama, ya que todavía es temprano; buscando la razón el porque los gritos que está dando. Cuando abrieron la puerta alcance a ver, como especies de sombras o algo así, alrededor de la casa, y estás al verlos salir, comenzaron a dispersarse, a alejarse de la entrada.

A cada segundo que estaba pasando, empezaba a sentirme mejor, la presión del pecho fue disminuyendo, mi pulso se estaba normalizando; ya no temblaba de frío, sino más bien de miedo. Aun no alcanzo a comprender que es lo que vi y menos que es lo que me pasó. Cuando llegaron junto a nosotras, yo ya casi estaba normal.

Mi madre es la que todavía estaba muy alterada, —¿Te sientes mejor? —preguntó cuando me vio nuevamente a la cara. —Será mejor que le hable a Gio y le cancele la cita; mejor te voy a llevar al doctor, que esto no es normal, de la nada tu pusiste mal e inmediatamente estas casi como si nada; que te hagan estudios o algo, porque...

Ma, tranquila, estoy bien —le conteste para que se tranquilizara —No me pasa nada, sentí un poco de frío, creo que debí ponerme un la sudadera, en lugar de habérmela amarrado, estoy bien; que te parece si nos vamos, porqué Gio va a estar esperándonos.

Aunque en realidad yo no quería ir a esa dichosa cita, al ver como se había puesto, solo para que se quedara más tranquila, puse mi mejor cara, y sonreí lo mejor posible.

¡Amor! ¿Qué...? ¿Porqué esos gritos mujer? —hablaba mi padre sin entender el motivo.

Sí, madre, ¿qué pasó?, ¿ Están bien? —preguntaba Ed, igual de confundido que mi padre. Al ver que estábamos bien y que en realidad no había algo o alguien cerca de la casa.

B-bu-b-bueno, la culpa la tiene Jazz, por no ponerse suéter, empezó a temblar, ya me espante; pero creo que el calor del auto la ayudo, porque cómo ven ya se encuentra en perfectas condiciones; siento haberlos espantado así, se que es temprano, regresen a dormir; nosotras regresamos al rato —les decía como disculpa. Mientras les mandaba besos a la distancia con las manos.

Ves lo que provocas Jazz, sí la solución es usar un suéter, ¡hazlo!, solo haces que preocupe a tú padre y hermano por una tontería —me reprende mientras enciende el motor.

¡Lo siento! Trataré de tener más cuidado para la próxima —pido disculpas.

Yo se perfectamente que no fue frío lo que tenía, afuera de la casa había, algo a alguien que...

¡Qué tarde es!, ¿qué va a decir Gio de nosotras? —decía mi madre mientras conducía.

Ya ma tranquila, ya casi llegamos y no es tan tarde, cómo crees

Lo verdad a mi no me importaba, la hora, me preocupa más que es lo que vi, porque estoy segura que no fue mi imaginación, de eso estoy segura.


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Buenos días muñequitas— Nos saluda —Se les estaba haciendo un poco tarde, pero bueno lo importante es que ya están aquí, así que a trabajar que hay muchos pendientes y muy poco el tiempo— nos indica con la mano que lo sigamos. Entramos a una habitación donde hay una mesa y tiene encima millones de revistas y carpetas abiertas. Toma asiento y hacemos lo mismo.

Sergio y mi madre comienzan un debate de los colores que quieren utilizar, yo solo asiento afirmativamente con la cabeza, sin realmente prestarles atención a lo que dicen.

El plateado y el dorado es la mas In— dice Sergio

Yo quiero ver a mi niña de rosita, algo tierno como ellacontesta mi madre —esos colores son para más grandes, no para ella.

¡Eva!— reprocho a mi madre —ya no soy una niña, soy una mujer.

Jovencita aunque seas una mujer, soy tu madre, no Eva, entendido— responde algo molesta. Se Voltea y continua con Sergio —Que sea en tonos pastel, es lo mejor.

Ellos sin realmente prestarme atención, continúan hablando de los colores mas In que pueden utilizar ; yo simplemente pienso en otras cosas, en el amor por ejemplo. Aunque con lo que paso hace rato, la verdad es que no se ni en que pensar.

Trato de distraerme, la verdad, los planes de la fiesta, no me interesan, así que he decido hacer oídos sordos al tema; también creo que lo mejor es tratar de olvidar el incidente de la entrada de la casa; aunque me cuesta trabajo dejar de pensar en eso; busco en mi cabeza algo mejor que llene este sentimiento de vacío, de miedo.

Lo único que me viene a la mente en este momentos son en varias escenas de Orgullo y Prejuicio, que es mi novela favorita; ya que ayer me dieron las tres de la mañana leyéndola por vigésima vez.

Una vez que me concentro en la historia, el mundo desaparece para mi y las imágenes tanto de la película como las que me he imaginado muchísimas veces leyendo el libro, invaden mi ser; ahora sólo puedo pensar cuando aparecerá a un Mrs Darcy a mi vida, así cómo entro en la de Elizabeth, y si se parece a Matthew Macfadyen1 que mejor. Perderme en esa mirada tan tierna, derretirme con su sonrisa tímida, buen porte, buenos modales, ¿que mas puedo pedir? Lo demás sencillamente no me importa, solo encontrar quien me ame sin condiciones.


1Matthew Macfadyen es el actor que interpreto a Mrs Darcy en Orgullo y Prejuicio (2005)

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