lunes, 25 de octubre de 2010

¿Dulce o Truco? by Felin





¿Dulce o Truco?



Por  Felin28



Sí alguien me hubiera dicho que hace un año me iba a pasar esto. Lo más probable es que mis decisiones hubieran sido otras. Si el hubiera existiera, cambiaría muchas cosas de mi pasado, situaciones que sé que afectarían mi presente, mi futuro.



Hace un año más o menos.


Me encontraba en casa de Danna, mi mejor amiga en el colegio, prácticamente nos conocíamos desde el vientre materno; ya que nuestras madres eran amigas desde niñas. Se casaron casi al mismo tiempo. Estuvieron embarazadas al mismo tiempo. Y nacimos con sólo dos días de diferencia. Ella nació antes que yo, era más fuerte más sana. Siempre me protegía. Yo confiaba ciegamente en ella.

Estábamos en su habitación, probándonos los disfraces que nuestras madres nos habían hecho. Aunque las dos creímos que eran para chicas mas jóvenes; aún así nos divertíamos como enanas probando y cambiando algunas cosas. Pero sobre todo lo más divertido era el maquillaje y el peinado.

Seremos una lindas hadas mágicas —decía ella modelando su disfraz.

Le pedí que se sentara enfrente de mi. Teníamos que practicar como sería el maquillaje. Danna, como era más alegre, su vestido eran en tonos rojos y naranjas, colores fuertes y cálidos; brillaba mucho y quería que su maquillaje también lo fuera; así que usando glitter, conseguí darle esos toques que deseaba.

Mi madre, sabía que yo era más sería, mas recatada respecto a los colores, así, que utilizo algunos tonos azules, desde el más pálido pasando por un intermedio y dándole un toque alegre con un azul eléctrico. Cuando vi el resultado final, me encanto. Era serio como yo, pero con un toque que lo distinguía. Simplemente era así yo. El maquillaje lo quería muy sencillo, lo que quería resaltar de mi era mi cabellera negra a más no poder y con muchos rizos que si tenía la paciencia de cuidarlo parecía una cascada ondulante.

Después de un par de horas encontramos el look perfecto para las dos. Danna sexy y misteriosa; y yo angelical y un poco mística, mágica.

Deyra —me dijo —con esto vamos a ser la sensación de la noche. —me decía Danna con una amplia sonrisa y dando brinquitos a mi alrededor.

La verdad es que no nos vemos nada mal —le contesté.

¿Nada mal? —con sorpresa dijo —Nos vemos E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R-E-S —dijo deletreando y remarcando cada palabra. Ahora sólo falta qué tú mamá te preste el auto, y será la noche perfecta.

Bueno, eso va a estar medio complicado —contesté cabizbaja.

Nah, ya veras que no habrá problemas —me dijo mientras me abrazaba —¿Sabes que te adoro? —terminó diciendo con un beso en mi mejilla.

La verdad es que no nos costo trabajo que mi madre nos prestara el coche. Así llegó el 31 de octubre. Danna llego a casa con dos horas de anticipación para arreglarnos como habíamos ensayado días antes. Cuando bajamos nuestras madres no estaban esperando en la sala.

Vaya, jamas creímos que les quedarían tan bien sus disfraces. —dijeron al mismo tiempo. —Recuerda Deyra tener cuidado. Sí por algo no te sientes segura de manejar, nos hablan e inmediatamente vamos por ustedes.

No se preocupen —les contestamos —no tenemos cinco años, tenemos casi dieciocho, ¿lo recuerdan?

Con estas últimas palabras salimos de casa. Listas para divertirnos. Sin imaginar los que nos esperaba más adelante.

Llegamos a la fiesta y como conocíamos a la mayor parte de la gente, la verdad es que nos divertimos mucho. Bailamos, cantamos, comimos, reíamos, jugamos; eramos como si fuéramos unas niñas pequeñas en una dulcería. Es más incluso, nos animamos a salir a las casas vecinas y con toda la pena del mundo; tocábamos las puertas; en cuanto abrían gritábamos ¿Dulce o Truco?. Al principio se nos quedaban viendo medio raro, ya que normalmente esto lo hacen los niños más pequeños. Pero como veían que lo hacíamos para divertirnos y conseguir algunos dulces, nos llenaban nuestras bolsas y hasta fotos nos sacaban.

Fue divertido, en verdad con Danna a mi lado está noche me sentí de cinco años nuevamente. Después de una hora más o menos regresamos a la fiesta. Ella se fue con unas amigas y me dijo que me distrajera algo, que tratara de hacer nuevas amistades, que conociera a alguien. Lo pensé un poco. Ella es tan extrovertida, y yo... soy tan diferente, todo lo contrario.

Cuando vi la hora decidí ir a buscarla, ya que iban a ser las dos de la mañana, sí queríamos que más adelante nos prestaran el auto era mejor llegar a buena hora a casa.

Comencé a recorrer cada habitación en su búsqueda. Cuando me estaba cansando de hacerlo; entre a la recamara principal de la casa y lo que vi, no me gusto nada. Danna, mi hermana, mi amiga, mi confidente estaba... estaba encima de Andre, del chico por el que años he estado perdidamente enamorada,y ella lo sabe perfectamente. Me quedé paralizada al ver la situación. Comencé a llorar. Cerré los ojos fuertemente. No quería ver ni escuchar nada.

Cuando sentí que las fuerzas llegaban a mis piernas, lentamente abrí los ojos, ellos ni siquiera se dieron cuenta que yo estaba también en la habitación. Las lágrimas seguían recorriendo mis mejillas. Me giré lentamente y cuando abría la puerta escuché que me llamaba.

¡Dey! Por favor, dejáme explicarte —comenzó a decir —Yo...

No termine de escuchar, simplemente salí corriendo de ahí. Me quería alejar lo más pronto posible de ahí. Escuche que ella venía detrás mío. Seguía llamándome, yo no contestaba, no volteaba a verla. Sólo corría quería llegar al auto e irme a casa.

Cuando quité los seguros de la camioneta, ella subió inmediatamente. Por más que le pedí, le grite, le exigí que se bajara, no me hizo caso. Encendí la camioneta y comencé el camino a casa.

Trataba de hablar de explicarme; yo como no quería escucharla, puse la radio lo más alto que pude. No tenía la mínima intención de voltear a verla. Manejaba con desesperación. En eso no sé de dónde salió el otro automóvil, sólo alcance a ver la luz cegándome, un fuerte golpe y después obscuridad y silencio.




Dos noches antes de Día de Muertos.


Ahora quien lo iba a decir. La celebración este año es muy diferente en comparación de hace un año. Hoy no tengo motivo para celebrar; es todo lo contrario. Es una fecha de dolor. De malos recuerdos.

Ahora me encuentro frente a un altar. Con fotografías, fotos, dulces, diferentes comidas, velas y muchísimas flores naranjas. Pero en lugar de que haber alegría, fiesta disfraces; todavía hay dolor. Un dolor que no se cuando se ira.

Hoy es 31 de octubre. Hace un año estábamos disfrazadas de hadas, y más o menos a está hora íbamos en camino a la fiesta. Cómo extraño a mi amiga, a mi hermana Danna.




Dos semanas antes.


Aunque Danna es importante para mi, eso no impidió que le dejara de hablar. Por más que quería no podía olvidar a Danna besándose con Andre. No podía perdonarla. No volví a dirigirle la palabra después de la fiesta. A pesar de mi negativas. Ella me buscaba, me pedía perdón. Yo me sentía decepcionada, dolida.

Es más incluso después de varios intentos ella se dio por vencida; se dio cuenta que no le perdonaría esa traición. Y dejó de intentarlo hace como seis meses. Al principio en casa mi madre me preguntaba por qué ya no nos frecuentábamos como antes; yo al principio no le contestaba siempre cambiaba el tema con cualquier tontería. Después con el pretexto de la entrada de la universidad y que teníamos carreras diferentes, ya no se le hizo raro que ni ella mi visitara ni que yo la buscara en su casa.

Tenía meses que no la veía. Exactamente no se cuanto tiempo; la vi tan diferente; sencillamente era otra Danna a la que yo había conocido.

Nos encontramos en el super que está cerca de la universidad. Ella desde lejos me sonrió y me saludo con la mano; quizá no se atrevió a acercarse a mí, por el temor de que la rechazara como lo había hecho las últimas veces.

Yo sentí que ya había pasado, el tiempo más que suficiente para que mi corazón dejara de sufrir. Además una hermana, una amiga como ella, jamás voy a encontrar. Decidí acercarme a ella, cuando estaba solo a unos pasos de ella; entraron tres hombres encapuchados con armas. Yo me espanté, estaban a un lado de ella.

Yo corrí sin pensar en nada. Sólo quería que ella estuviera bien, que nada le pasara. Pero acabada de dar unas zancadas y escuché una fuerte detonación. Alguien se lanzó contra mi y escuche más detonaciones. Escuché gritos en todas direcciones. Ella se acerco a mí en el suelo y me cubría con su cuerpo.

Dey, todo va a estar bien, tranquila —decía con voz temblorosa —pronto vendrá la ayuda.




Día de muertos (2 de noviembre).


Aún no sé exactamente que soy. Sí un ángel o un fantasma. Pero desde hace dos semanas no me separo ni un segundo de Danna, estoy cerca de ella, trato de consolarla, de protegerla, de cuidarla.

Me parte el corazón ver que llorar todo el día. El día de mi funeral, perdió el conocimiento unos minutos, yo me espanté. Pero sólo era debilidad eso dijo el doctor. No come, no duerme. Sólo llora. Y ahora sólo lo hace en silencio.

Yo lo único que puedo hacer es sentarme a su lado y contemplarla. A habido un par de ocasiones que creo que ella siente mi presencia. Ya que en algunas ocasiones voltea hacia donde yo me encuentro. Yo aprovechaba para susurrarle al oído “Te Amo Hermana” y ella sonreía.

El día de hoy por la tarde la vi más tranquila que otros días, tuvo el animo de arreglarse un poco. Y en estos momentos está termino de arreglar el altar que hizo en mi honor.

Están mis dulces favoritos; chocolates de todo tipo y papas fritas. Hay varios platillos también, en los cuales todos me los devoraba cuando me los ponían enfrente. No sólo había cempasuchil, de flores, en sí eran muy pocas las que había, las sustituyo por azucenas blancas que eran mis flores favoritas. Hace unos días tenía una foto mía, ahora hay más donde estamos juntas.

Observa detenidamente una de ellas. Me acerco a ver cuál ve con tanto detenimiento. Me sorprendió ver que es la qué nos tomamos hace un año.

Jamás te pude pedir perdón —decía entre lágrimas —Un perdón que escucharas.

Yo quería abrazarla y decirle que no tenía nada que perdonarle que había sido una idiota. Dejó la fotografía en el altar y dijo en voz alta:

¿Dulce o Truco?

Dulce —le respondió una voz en su espalda. Era su madre quien le entregaba un chocolate y la abrazaba. —Ella estaría orgullosa de saber como la recuerdas, hoy —le dijo mientras lloraban juntas. —Es tan reciente el dolor; pero con el tiempo aprenderás a disfrutar este día; aprenderás a disfrutar ambas tradiciones —salen de la habitación y veo como se alejan. Abrazadas y llorando juntas.

¿Dulce o truco? —pregunto al aire.

Truco —escucho la voz de mi abuela junta a mí. Y veo que no está sola; está acompañada de personas que creía que no volvería ver. Pero ahora están junto a mi sonriendome.



Fin

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