lunes, 20 de diciembre de 2010

Capítulo 13 de Amar... Te Duele "Dulce Despedida"



Amar...Te Duele
Capítulo 13  "Dulce Despedida"



Estás últimas tres semanas han sido de las más horribles que he podido vivir. Pero ya han pasado, eso lo importante. Los doctores ya lo reportan como estable. En unos días más le darán el alta.

Cada día le veo mejor cara. Cuando entro a su cuarto. Ya no veo las maquinas y tubos que veía al principio. Ahora la primero que puedo ver al entrar es una gran sonrisa dirigida a mí.

¡Jazz! —dice al verme —Ya te dije que ya estoy mejor. Ya no te preocupes tanto, en unos días me tendrás en casa.

Lo sé —contesto —Pero tengo que verte, para que me sienta tranquila —le dedico una sonrisa —Ya te dije que me tendrás como enfermera todo el tiempo que sea necesario.

¡Gracias! —contesta con los ojos a punto de llorar —fui... fui un...

¡Shhh! —le pongo un dedo en sus labios —No digas nada. Lo importante es que ya estás mejor —le doy un beso en la mejilla.

¡Te quiero!

¿Sabes una cosa? —contesto mientras me acomodo a su lado —Yo también. —le doy un beso más.


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¡Jazz! —me saluda con una sonrisa —¿Cómo estás hoy preciosa? —pregunta.

¡Hola! —respondo acercándome a él — ¡Muy bien! y ¿tú?

¡Ahora que te veo muy bien¡!—me da un beso en la mejilla —¿Te ayudo con tus cosas? —me dice mientras mi quita la mochila.

¡Gracias! —le digo —Será mejor que vayamos al salón, el profesor ya no ha de tardar en subir —le tomó la mano.

¿Te sientes preparada para el examen? —pregunta mientras caminamos tranquilos.

Sé que te lo he dicho muchas veces —le digo mientras me detengo —Sin ti. Sin tu apoyo no se que hubiera echo este tiempo.

Ni lo digas —responde dándome otro beso en la mejilla —Aunque la situación era difícil. Me diste la oportunidad de estar contigo. De acompañarte todo esté tiempo.

Fue una forma rara para conocernos —respondo —Pero el que estuvieras este mes y medio a mi lado —lo veo a los ojos —Hizo que conociera al chico nuevo de la ciudad.

Pues ya ni tan nuevo, jajaja —contesta entre risas —Ya estoy medio gastado jajajaja ¿no crees?

Jajajaja —me río —Pues... te diré jajaja —le contesto mientras me abraza —la verdad no creí que fueras así.

¿Así?

Sí. De todos los que conozco. Nunca imagine que renunciaras a todo por estar conmigo. —contesto melancólica —¡Gracias!

Nos tomamos de las manos y caminamos al salón de historia donde el profesor Bustamante va a realizar el examen final.

Lo único que espero que ahora que terminamos aquí. Y vamos a preparatoria —me dice mientras caminamos —No cambien las cosas y si cambian sea para bien ¿no?

¡Siempre seremos buenos amigos!

¿Amigos? Mmmh... —contesta entre murmullos.

¿Qué? —pregunto al no escuchar lo que dice.

¡Nada! —me responde —trataba de recordar algunas cosas para el examen —contesta.

Llegamos al salón; la mayoría ya estaba en su lugar. Haciendo el último repaso. Ésta es una de las materias más pesadas de todo el curso. Pero una semana de exámenes se nos viene. Después otra más tranquila.

Y unas largas vacaciones me esperan. Casi dos meses lejos de aquí.

Aunque estoy feliz de que todo está bien. Él ya está en casa. Que nos iremos todos a casa de los abuelos; y veré a familiares que casi no veo.

Hay algo que me pone triste. La verdad son dos cosas.

Aún no puedo olvidar a Ian; no sé por qué la última vez se portó así conmigo. Y aunque no tuve mucho tiempo para pensar en eso. Cuando lo hago me duele igual que la primera vez. Sí tan sólo lo viera y me dijera el por qué de su actitud yo...

¿Que piensas? —pregunta —¿Nerviosa?

¡Para nada! —le contesto —¡Gracias Iker! —contesto con una gran sonrisa —¡Sin ti, no sé que hubiera...!

¡Buenos días jóvenes! —saluda el profesor —Espero que tengan todo listo. Si guardan todo en sus mochilas sólo pueden tener; la pluma en la mesa ...

Veo como guarda sus cosas mientras el profesor sigue hablando. Me voltea a ver y me dedica una leve sonrisa.

¡Como voy a extrañar esto! —pienso, mientras busco mi pluma en la mochila.



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Ha terminado la peor semana en el colegio. Ahora las únicas preocupaciones que tengo esta semana son diferente. En casa ya está todo en normalidad. Las materias no me preocupan a pesar de las malas calificaciones que tuve meses atrás. Sin ningún problema me graduó de secundaria y paso a preparatoria. Así que nada de esto me preocupa.

Lo que en realidad me preocupa en estos momentos es: ¿Me invitara a la fiesta de graduación? ¿Porqué no lo ha hecho? ¿Qué me pondré? ¿Sí no me invita él aún querré ir?..

Pensando en cosas así estoy esperando a que llegue. Quedamos de vernos en el centro comercial. Después del colegio. Ver una película, comer algo, pasear un rato entre las tiendas. Simplemente distraernos un poco los dos solos.

Él quería pasar a casa por mí. Pero la verdad preferí que nos viéramos aquí. En si, en casa ya me preguntan mucho por él. Como lo veían todas las tardes a mi lado en el hospital. Prefiero que no nos acosen. Si sólo somos amigos. Muy buenos amigos...

¿En que piensas? —me dice al oído —¿Tienes mucho esperando? —pregunta mientras me da un beso en la mejilla.

Voy llegando —contesto dándole un beso yo en la mejilla —ni cinco minutos.

¿Porque no quisiste que fuera por ti, a tu casa?

Por qué es lo mejor —respondo con una sonrisa —¿Ya se te olvido como te bombardeaban de preguntas hace dos semanas, cuando ibas a estudiar a casa?

Mmmh... Pues creo que no fueron tantas —responde pensativo.

¿No? —contesto sorprendida —Si parecía que estabas presentando un examen.

Y mínimo ¿lo pase? —contesta con una sonrisa en los labios.

Aún no me pasan el resultado —contesto tratando de contener la risa —Tendré que preguntar jajajaja.

Pues espero sacar un excelente jajaja —contesta entre risas —¿O qué crees que merezca?

Nos tomamos de la mano y caminamos a la sección de comida.

¿Qué vas hacer en las vacaciones?

Lo mismo, de todos los años. La mayor parte de ellas nos vamos aun rancho que tienen mis abuelos en Guanajuato.

¿Guanajuato? —pregunta —¿Y que hacen ahí?

Es un estado. Pues es un rancho enorme. Tienes establos, muchos animales, un lago enorme. Es nuestro contacto con la naturaleza. Desde pequeña, siempre vamos. Ahí nos reunimos casi toda la familia. A la mayoría sólo tengo la oportunidad de verlos ahí. Sólo una vez al año. Es muy divertido —respondo mientras recuerdo mis vacaciones anteriores. —¿Y tu que vas hacer?

Probablemente nada —contesta con tristeza en los ojos —Con el trabajo de mi padre es difícil salir. Estoy tratando de convencer a mi madre que regresemos unas semanas a Canadá... Pero no se —contesta sin ánimo —probablemente nos quedemos aquí. Se vienen unas vacaciones largas y aburridas...

No digas eso — trato de darle ánimos —veras que algo surgirá.

Te voy a extrañar —me dice.

Y tú me harás falta —contesto.

Buscamos que comer y seguimos platicando mas o menos una hora. Después nos levantamos de la mesa y caminamos al cine para ver la cartelera. Vimos una película de Brad Pitt. Y creo que sólo acepto para complacerme. Porque dudo que la haya disfrutado como yo. Brad me encanta.

Salimos de los cines y como aún era temprano decidimos caminar, recorrer las tiendas. Lo hicimos siempre tomados de las manos. Entramos a una tienda de discos; a una de mascotas; a una de juegos. Pero nunca creí que quisiera entrar a una de estas.

¡Ven vamos entrar aquí! —me dice mientras me lleva al interior.

¿Aquí? —contesto medio sorprendida.

Recorremos los pasillos. Es una tienda enorme. No se a donde me lleva. No entiendo. Por fin se detiene casi al fondo de esta.

¿Te gusta? —pregunta.

¿Gustarme? —contesto sorprendida. —E-es precioso. Es perfecto.

Sabía que te gustaría —contesta mientras llama a una de las vendedoras. —Si nos podría mostrar uno para la señorita.

¿Que? Pero...

Me acompaña por aquí, por favor —dice la vendedora.

Yo aun sin entender la sigo, veo como me observa con una sonrisa en los labios. Aún no entiendo. No se que pretende. Entro al probador.

Cuando salgo y me dirijo donde está esperándome para que me vea. Su expresión lo dijo todo.

¡Wow! —me dijo sorprendido —Te ves hermosa, más que hermosa estas...

¿Eso crees? —pregunto mientras me observo en el espejo. —¡Vaya no creí que me quedara así!

Lo que veo en el espejo me quedo muda. El vestido parecía como si lo hubieran pensando en mi.

Era un vestido sin tirantes blanco y negro Consistía en un top blanco unido a una falda amplia negra de encaje negros puesto en varias capas. Pero era tan vaporoso que se veía debajo de este la falda blanca. Era un vestido de gala. Largo, con una falda en forma de campana. Y para rematar tenia un lazo fino negro que acentuaba más mi pequeña cintura. Parecía una princesa.

Te queda espectacular —me decía casi con la boca abierta. —Y ¿sabes una cosa?

¿Qué? —pregunto curiosa.

Combina perfectamente con mi traje —dice con una sonrisa.

Tú..., ¿tú traje? —pregunto sin entender.

No lo llevamos señorita —le dice a la vendedora.

Pero... tú no... es qué... —no tengo palabras.

No te preocupes Jazz. Tus papás saben. Es un regalo que mi madre te quiere hacer —contesta —Bueno él único problema sería que no quisieras ir conmigo y... —dice un poco apenado.

Pero como crees que...

Si no te había dicho nada. Fue por el accidente... No era el mejor momento... Desde el principio... Desde que me entere del baile de graduación... En la única que pensé... Con la única con la que quiero ir... es contigo —contesta con el rostro rojo como tomate.

Y yo sólo sé que quiero ir contigo. No entendía porqué no me habías dicho nada. —conteste con una gran sonrisa.

Minutos más tarde salíamos de la tienda con una enorme caja en las manos.

¿Ahora si me permitirás que te lleve a casa? —pregunta.

¡Claro! — respondo.

Vamos por un helado en lo que llega Victor por nosotros.



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Han pasado los días corriendo. El tiempo se fue sin sentirlo.

En la mañana en el colegio fue la ceremonia de fin de curso y a las que nos graduábamos nos entregaron nuestros papeles. Hubo despedida con los profesores. Hubo lágrimas.

Pero ahora me encuentro en mi recamara terminando de arreglarme para el baile.

Mi mamá llevo a una señora para que me hiciera un peinado y maquillaje sencillo. Ahora me está ayudándome a ponerme el vestido.

Tocan la puerta de mi recamara. Se asoma Ed.

Peque, ¿ya estas lista? —pregunta mientras me ve —¡Te ves hermosa!

¡Gracias Ed! —respondo cuando volteo en su dirección.

¿Verdad que si? —dice mi madre.

Si. —contesta —Ya llegaron por ti.

Ahora bajamos —contesta mi madre.

Un par de minutos después bajaba con ella. Cuando llegamos a la sala ahí estaba. Estaba toda mi familia e Iker; esperando.

Cuando nos vieron, se levantaron todos.

Te ves preciosa princesa —dice mi padre —Ahora ponganse juntos —nos dice a Iker y a mí —para sacarles unas fotos.

Después de que tomaron las fotografías salimos de casa rumbo a la fiesta. Cuando llegamos estaban todos ahí. Mis amigas. Mis compañeros de años. Todos se veían muy elegantes.

Fue una fiesta muy divertida. Bailamos y reímos toda la noche. La mayor parte del tiempo estuve con él. La noche llegó a su fin. Nos despedimos. Ya que pasarían casi dos meses para que nos volviéramos a ver nuevamente. Las vacaciones oficialmente han comenzado.

Cuando llegamos a casa ya era de madrugada, eran más de las dos de la mañana. Bajamos del auto. Nos despedimos con un beso en la mejilla le di las gracias a Iker, por la noche maravillosa que había tenido junto a él.

Creí que él subiría al auto y se iría. Pero me equivoque.

Cuando había dado unos pasos a penas; él me alcanzo. Me abrazo por la espalda. Me dio un beso en la mejilla. Él sin soltarme me di media vuelta. Ahora lo veía a los ojos. Nos veíamos a los ojos. Él sonrió.

Sus dos manos estaban en mi cintura. Las quito al mismo tiempo y colocó ambas en mi rostro.

¡Me gustas mucho Jazz! —me dijo muy cerca de mi. —Nunca me había pasado.

T-tú t-también me gustas mu...

Sus labios estaban junto a los mios.

Y así estuvieron. Un beso largo y muy tierno.

No quería que terminara. Quería disfrutar cada segundo. Lentamente se alejo de mí. Solo unos pocos centímetros. Él sonreía. Aún no soltaba mi rostro cuando...

Volvió a acercar sus labios a los mios. Este beso fue más intenso que el primero. Fue más largo. Soltó mi rostro y ahora me abrazaba fuertemente. Yo lo abrazaba por el cuello. No quería que se alejara. No quería que terminara.

Se separó de mí. Más que la primera vez. Ahora solo nos veíamos. Ambos estábamos sonriendo.

Yo sonreía como hace mucho no lo hacía.



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