martes, 4 de enero de 2011

Capítulo 14 de Amar... Te Duele ¿Vale la Pena?




Amar...Te Duele
Capítulo 14  "¿Vale la Pena?"


(Edgar)



El haber entrado a la universidad ha sido un gran logro para mí. Mi sueño de ser médico cada esta más cerca. Bueno aunque en realidad si quiero hacerla con especialización; se que serán muchos los años que me faltan por recorrer.

El único pero que le encuentro; es que siempre me ha costado mucho trabajo hacer amistades nuevas. Y todos mis amigos o están en otra universidad o están en otra carrera. Bueno la verdad todos seremos “los nuevos”. Espero que no sea realmente tan difícil.

¡Ed! —grita mi madre —¡Ed! ¿sigues dormido?

No ma' —bajo en unos minutos.

Termino de alistarme y bajo. Aun es muy temprano apenas pasan de las seis de la mañana. Mi primera clase es a las ocho y media. Pero como es el primer día tenemos una platica introductoria, sobre la carrera y la universidad en general. Así que tengo que estar ahí a las siete. Están mis dos padres en la cocina esperándome.

¿Pero que hacen aquí? —pregunto al verlos.

Yo siempre me levanto a esta ahora para preparar el desayuno. —dice mi madre —Tú padre es el que madrugó. —contesta viendo a su esposo.

¿Madrugar? no exageres mujer. Solo baje baje un poco antes. —dice mi padre —Solo para ver si no quiere Ed que lo acompañe a la universidad. Quizás no conozca bien el camino, no sé algo se le podía ofrecer, ¿no?

Pa ya no soy un niño pequeño —contesto con reproche —Se dónde queda la universidad. Ya he manejado algunas veces hacía allá. Tendría más práctica si me hubieras regalado el auto un poco antes ¿no crees?

Pero como te lo iba a dar antes. Si te lo dimos porque entraste a la universidad. —contesta ofendido —Por eso quiero acompañarte; para que te sientas seguro...

Vale, vale. No te preocupes —contesto con una sonrisa —Ni que tuviera que ir hasta China ¿no? —digo tratando de calmarlo — Si llego a tener dudas, me entra el pánico, me pierdo, o que se yo te llamo ¿ok?

Desayuno algo y salgo de casa en mi auto nuevo. El camino a la universidad estuvo tranquilo. Llegue al auditorio donde sería la platica. Y donde puede ver a mis nuevos compañeros.

------------------------------


En un principio creí que la presión de los estudios. Me iba a agobiar. Y aunque amo a mis padres a veces pueden ser medio pesados en su afán de apoyarnos en lo que necesitamos. Pero ahora me han dejado un poco olvidado gracias a que toda la atención esta en Jazzlyn, ahora que se acerca más su fiesta. Están encima de ella todo el día.

Pobre —pienso todas las noches cuando ensayamos el baile.

Se que ella no deseaba esto. Y ahora lo que puedo ver; es que cada día pone su mejor cara y trata de disfrutar cada momento. Y se que le cuesta trabajo. Tantas ganas tenía de esto que en realidad no le importó con quien iba a bailar. Puros desconocidos, conocidos de alguien más, y yo.

Pero sólo es una noche. Pronto pasará y se olvidara de ella pronto.

Los estudios, hasta el momento no se me han hecho difíciles. Como son materias que siempre me han gustado. Entenderlas no se me hace difícil. Lo único malo es que nos dejan deberes como si fuéramos críos. Todas las tardes me la paso en internet o en la biblioteca a este paso me voy a convertir en un nerd. La única ventaja que tengo es que cuento con el apoyo de mis padres económicamente y no tengo que trabajar como muchos de mis compañeros lo tienen que hacer de medio tiempo.

No me costo gran trabajo hacer nuevas amistades. A los días ya tenía un grupo de amigos de cuatro y conmigo somos cinco. Nos apoyamos en lo que podemos. Nos ayudamos. Ahora lo único que no sé es a quien invitar como pareja mía a la fiesta de Jazz. Hay dos chicas que me gustan. Una es de mi grupo y la otra es compañera con la que solo he hablado un par de ocasiones. Tengo que decidirme solo falta una semana.


------------------------------


Ya han pasado un par de meses desde la fiesta de Jazz. Cuando invite a Mariana, a la que consideraba mi amiga. Me rechazó. Me dijo que no confundiera las cosas; que no tenía tiempo y no podía ya que ella trabajaba. Que lo lamentaba, que si se le hubiera pedido con más tiempo quizá hubiera conseguido un permiso, pero ya tan cercana la fecha, qué era imposible. Eso provocó una discusión en el grupo y poco a poco me aleje de ellos. Hasta que la poco amistad que habíamos logrado se terminó.

Viendo la situación y como no deseaba estar solo en la fiesta decidí en invitar a Mercedes. A pesar de que sólo habíamos hablado algunas ocasiones con ella acepto inmediatamente. Además ella era más guapa, y económicamente era más parecida a mí.

No es que desprecie a los que tiene menos que yo. Mis padres me educaron que las personas valemos por quienes somos y no por lo que tenemos. Pero el problema con Mariana; como esta becada al cincuenta por ciento. Tiene que trabajar para poder cubrir la parte que falta de la colegiatura.

En cambio Merci, como le gusta que le digan, no se tiene que preocupar por eso. Así que sin ningún problema en las tardes podemos ir a su casa a tratar de estudiar. Ya que nunca hay nadie, tenemos la casa para nosotros solos y aprovechamos la situación. Ella es de mente más liberal. No somos novios, no cree en los títulos. Pero eso no impide que ella y yo tengamos relaciones. Eso me lo demostró solo unos días después de la fiesta.

En un principio cuando íbamos a estudiar a su casa; turnábamos el tiempo, un poco de pasión, un poco de estudio, más diversión, otro poco de estudio, y más diversión. Así eran las primeras tardes. Cuando definitivamente termine mi amistad con Mariana y compañía. Todo mi tiempo libre lo pasaba con Merci. Y ese tiempo en lugar de aprovecharlo estudiando la mayor parte del tiempo. Lo usábamos para disfrutarnos toda la tarde.

Los estudios trataba de no descuidarlos tanto. Cuando llegaba en la noche, me metía a internet y hacia las investigaciones o estudios que nos pedían. Esto poco a poco me estaba agotando. Dormía muy poco.

Una tarde en casa de Merci. Aún estábamos en la cama cuando comencé a quedarme dormido. Ella comenzó a reírse divertida.

¿Qué te parece tan divertido? — le pregunté.

Qué ya pareces anciano, ¿sabes? Todavía no tienes ni diecinueve años y terminas y te quedas dormido —decía entre risas —¿O será que te agoto y no aguantas mi ritmo? —pregunta riéndose.

Estoy muerto, y no es por ti. —contesto poniéndome encima de ella —Si quieres te los demuestro. —le decía mientras le daba un beso.

¿En serio? —me dice coquetamente —Habrá que comprobarlo ¿no crees?

Pues eso digo. —empiezo a recorrer su cuerpo llenándola de besos.


------------------------------


Este ritmo esta acabando conmigo. El dormir tres o cuatro horas al día son insuficientes. Hoy en una clase de teoría estuve a tres segundos de quedarme dormido en más de una ocasión. Merci solo se reía de mi y me daba pisotenes o codazos para que no cayera dormido. Terminó la clase y Merci me pidió que la esperara unos minutos, me dijo que tenía que hablar con un amigo.

¡Ed! —escucho que alguien detrás mío me habla y volteo.

Ah, eres tú —le digo cuando veo que Mariana esta ahí y unos pasos detrás están sus guardaespaldas.

¿Estás bien? —pregunta inquieta —Tiene días que te veo raro, que veo que...

Estoy perfectamente —contesto fríamente.

Desde que estas con Mercedes has cambiado mucho, ella no es...

No hables de lo que no sabes, ella es maravillosa. Si no la conoces no hables de ella ¿ok? —contesto molesto —Si me permites —paso a su lado casi empujándola y me reúno con Merci.

De ahí nos fuimos a su casa. Me sentía muy cansado para tomar la ultima clase. Ya después investigaría.

En cuanto llegamos a su casa me senté en el sofá. Cerré unos segundo los ojos. Me sentía tan cansado. No se cuanto tiempo había pasado; cuando siento que alguien me da un beso en la oreja.

Tengo, algo perfecto para que nunca más te sientas así. —me dice al oído.

Abro los ojos y esta junto a mí con una gran sonrisa y en la mano que extiende en dirección mía tiene un sobre que me ofrece. Yo dudó. Sé que se trata. Nunca...

Te sentirás como nuevo —me repite mientras me sirve una copa y saca una pastilla y me le entrega.


------------------------------


Tiene más a menos un mes desde la primera vez que la probé. Cuando Merci me dio la primera; yo lo dude. En casa nunca han hablado del tema; confían en la educación que nos han dado. No lo creían necesario. Yo me alegro que así fuera.

Soy el mismo de siempre. Tengo energía. Me sobra tiempo. Me siento bien. Hago lo que quiero. Y no me canso más...

Mer —le decía con desesperación —Necesito más.

¡No inventes! —me respondió —ayer te di, para un par de días por lo menos.

¡Ayer! ¿Ayer? —comenzaba a gritar —No he dormido tenía trabajos pendientes. Necesito más. Quiero más.


------------------------------


¡Ed! Buenos días —me dijo Jazz en cuanto bajo a desayunar.

!Eh! Así, hola —respondo distraído mientras buscaba algo en mi mochila.

¿Que tienes? —me dice preocupada —¿Te sientes bien? Te veo raro ¿Te puedo ayudar en algo?

No le contesto. Sin siquiera voltear a verla, salgo de la casa. Estoy desesperado. Necesito más.

------------------------------


Con un poco de trabajo llegue a la universidad. Las manos me tiemblan incesantemente. Sientía la boca seca. La comienzo a buscar por todos lados. Doy vueltas entre los edificios.

¡¿Ed?! —escucho que alguien me habla —¿Ed? Que tienes? ¿te sientes mal? —escucho que me dice.

Mientras escucho como repite mi nombre una y otra vez, el suelo bajo mis pies es como si alguien lo hubiera movido. Caigo al suelo de cara y no puedo ni meter las manos. Mi rostro da de lleno en el pavimento. Pierdo la consciencia unos segundos.

Cuando abro los ojos ahí está.

¡Déjame en paz! —le digo cuando trata de ayudarme a ponerme de pie.

S-sólo d-dejame que t-te ayude —dice con cara de preocupación.

¿Cómo si te importara? —casi le grito —Cuando necesitaba tu apoyo tú...

Siempre he e-estado a-ahí para ti —contesta casi entre sollozos. —No entiendo porque... —toma un poco de aire —Desde que te juntas con Mercedes has cambiado, tú... tú...

¿Yo qué? —grito —¿Yo qué? ¿Qué sabe alguien cómo tú de mi vida? ¿De mis gustos? —le grito mientras con la mirada la recorro despreciativamente de arriba a abajo.

Ella trata de contestarme. Pero cuando ve la forma en que la observo. Baja la mirada y se da media vuelta. Yo con un dolor en el rostro. Sin importar como me vea, la sigo buscando.

Después de unos minutos la veo.

Necesito más —le grito sin ningún disimulo —¿Traes? —le grito mientras le sujeto fuertemente el brazo.

¡Me lastimas! —me grita mientras trata de liberar su brazo —¿Estás loco? ¿Quieres que todo mundo se entere que...?

¿Qué? —le contesto con una mueca —¿Qué tu también le entras? Y ¿Qué tú me metiste en esto? —sigo gritando.


------------------------------


Cada día que pasa me meto más, ahora no sólo son pastillas. Cuando Mercedes me llevo hace casi un mes; dónde conseguirla, después del breve espectáculo que dimos en la universidad. He aprendido a diferenciar de la de buena calidad de la que no. Y mis opciones.

Aún en casa no se han dado cuenta de mi cambio. Como la mayor parte del tiempo no estoy ahí, no han visto nada. Y los pocos momentos que podría pasarme con ellos y disfrutar como lo hacíamos. Prefiero encerrarme en mi habitación para drogándome. O haciendo los deberes. O durmiendo todo el día.


------------------------------


Hoy a sido un día raro. Por primera vez en mucho tiempo no necesite meterme nada para despertarme; baje de buen humor.

Estaban mis padres ya desayunando algo junto a mis hermanos. Aunque este ausente la mayor parte del tiempo, aún me entero de las cosas que suceden en casa. Ellos son lo más importante en mi vida.

Sé que a Jazz algún compañero, por agradecimiento, está semana le ha dado unos obsequios. Y cada vez que alguien se lo menciona a ella se le encienden las mejillas. Me alegro por ella. Tenía días que la veía muy triste. Pero por temor a que notara que yo también tenía algo raro no me acercaba a ella.

También se que al enano. Le gusta una niña. Que se acaba de mudar a la ciudad. Pero como es él se la pasa molestándola que sus pecas parecen moscas y creo que algo de su cabello.

Y mis padres ni que decir de ellos. Con mucho trabajo. Pero felices por todo y nada.

¡Bueno familia que tengan un excelente día! —les digo mientras les doy un beso a cada uno y salgo de casa.

En cuanto salgo Mercedes está esperándome. Trae mala cara.

¿Qué haces aquí? —pregunto, esperando que nadie dentro de la casa se asome.

¿Tienes? —pregunta desesperada.

Nada —respondo —estoy tratando de bajarle un poco. Tengo un par de días que no consumo nada y no...

Yo te ayude cuando lo necesitaste, necesito algo... acompáñame –me dice mientras se dirige a su auto.

Dudo un momento si subirme o no con ella. Pero con el temor de que salgan de casa me acerco.

Yo manejo —le digo pidiéndole las llave.

Sabes de sobra que nadie maneja mi auto. ¿Subes o esperamos a que salga tu familia?

Cuando escucho las voces de ellos cada vez más cerca. Sin dudarlo más me subí al auto. Ella venía muy nerviosa. Comenzó a manejar a gran velocidad.

Teníamos que ir a la zona popular de la ciudad. Donde el pavimento está en malas condiciones. Las calles son angostas. En una curva sólo alcanzo a ver un muro...


------------------------------


No se cuantos días han pasado. Se que incluso han sido ya un par de semanas. O incluso más. Aún no entiendo bien que fue lo que pasó. Pero cuando reaccioné sólo puede ver los rostros angustiados de mi familia. Rostros con dolor.

Aunque mí recuperación ha sido lenta. Los doctores dicen que si sigo respondiendo así que en unos días mas me darán de alta.

En eso veo que se asoma por la puerta para ver si estoy despierto.

¡Jazz! —le digo al verla —Ya te dije que ya estoy mejor. Ya no te preocupes tanto, en unos me tendrás en casa.

Lo sé —contesta ella —Pero tengo que verte, para que me sienta tranquila —me dice con una sonrisa —Ya te dije que me tendrás como enfermera todo el tiempo que sea necesario.

¡Gracias! —contesto con sentimiento. —fui... fui un...

¡Shhh! —no me deja terminar —No digas nada. Lo importante es que ya estás mejor —y me da un beso.

¡Te quiero!

¿Sabes una cosa? —me dice mientras se sube a la cama— Yo también. —y me da otro beso.

Nos empezamos abrazamos cuando en eso alguien más se asoma.

¿Se puede? —pregunta al ver que no estoy solo.

Claro

Veo que ya estas mejor —me dice con una gran sonrisa.

Pues con dos enfermeras así quien no —contesto.

Se acerca a mí y me da un beso en los labios.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...