lunes, 28 de febrero de 2011

Hechizo... ¿De Amor? by Felin



Hechizo... ¿de Amor?


Desde niña siempre he obtenido lo que quiero. Nunca se me ha negado, ni me lo han negado, absolutamente nada. Pero me di cuenta que estaba equivocada cuando él me abrió los ojos.

Él hizo que me diera cuenta que las cosas que valen la pena no se obtiene tan fácilmente, que deben costar su trabajo obtenerlas, para que realmente se pueda saborear con gusto y placer nuestro triunfo.

Cuando era una bebe con sólo observar o pedir las cosas, estás simplemente volaban hacía mí; eso desde que tengo memoria lo recuerdo. Una ocasión estaba dormida, bueno eso creo, y me encontraba en la habitación sola. tendría escasos dos años más o menos, lloraba desconsoladamente, nadie acudía a mí; en eso entre mis llantos pude ver a mi oso de felpa en el suelo, junto a mi cuna, yo quería abrazarlo, cuando me di cuenta éste comenzó a flotar y llegó a mis brazos. Cuando lo tuve cerca de mí, pude sentir su calor, su compañía me di cuenta que era diferente. No creía que todos fueran igual que yo. Y no estaba equivocada.

Y ahí es donde comenzó mi historia, desde que era una bebe. Si estaba sola y tenía hambre deseaba mi biberón y minutos después estaba en mis labios succionando su contenido. Sí me sentía sola y no tenía a mi muñeco favorito cerca este llegaba a mis brazos casi inmediatamente. Sí sentía que estaba muy silencioso el lugar ponía un poco de música o prendía la t.v.

En un principio mi madre no entendía lo que pasaba; como es tan distraída pensaba que ella prendía los aparatos o me deba de comer y lo había olvidado. No sabía mi secreto. Nadie lo sabía. Aunque era pequeña, sabía que tenía que ser discreta con este don.

Cuando ingresé al colegio; siempre me ayudo mucho, ya que aparte de que me protegía de los niños abusones, y no sólo a mi, sino a mis compañeras; recuerdo una ocasión que un niño le pegó un chicle en el cabello de mi mejor amiga que es Sara, ella estaba muy triste, ya que sabía que se lo tendrían que cortar muy pequeño para arreglar el problema y lloraba diciendo que iba a parecer un niño; así que yo decidí hacerle, quizá no lo mismo pero, sí, algo con lo que iba a sufrir mucho. Sin querer un vaso de agua de piña se derramó “inexplicablemente” sobre su pantalón en la parte de enfrente, cuando se secó esa mancha amarilla no se veía muy bien; yo me reía como loca, durante meses le decían el «orinitas», creo que con eso aprendió la lección que lastimar y burlarse de alguien no era algo muy bueno.

A veces cuando alguna profesora nos dejaba mucha tarea yo en una forma de reproche siempre hacía que sintiera piquetes en todo su cuerpo durante la noche, si yo por lo deberes no podría dormir, ella tampoco lo haría; esa era mi filosofía: «Si yo sufro, ellos también, si yo estoy feliz, todos son felices». Y durante mi niñez y adolescencia siempre fue así. Y no sólo buscaba mi venganza y satisfacción, sino también velaba por el bienestar de las personas a las que amaba. En más de una ocasión, hacía «cosas» para que fueran felices.

Pero haciendo esto me doy cuenta que en esta vida no podemos obtener siempre lo que deseamos, y que a veces nos da cada sorpresa la vida.

Ya estando en la universidad, y con mi secreto más que bien guardado: sólo lo sabía yo. Estaba en mi habitación sola, pensando como ayudar a Sara, mi amiga que lloraba por un amor no correspondido, con el chico más guapo de la facultad.

Pensando que mi situación no sólo era exclusivamente mía, siempre que podía buscaba y/o compraba algún libro de magia de hechizos para ayudarme en mi propósitos. Me di cuenta que muchos de ellos, en si la mayoría, es pura basura, que no sirven de nada, que son mas que nada charlatanería. Que no sirven de nada y los consejos que viene ahí es basura, más basura y sólo basura.

Pero bueno hay que decir que algunos si traen, me imagino, que sin ese propósito, consejos que realmente si sirven de algo. Claro hay que hacerles algunas modificaciones pero en general ayudan. Por ejemplo investigando un poco, la lavanda solo se usa para protección de las malas energías; pero lo que saben muy pocos es que es muy eficaz para el amor.

Cómo decía estoy preparando algo para Sara mi amiga, que sufre el mal de amores, sé por lo poco o mucho que dicen en los libros sobre este tema, que es muy peligroso hacer magia para encontrar y conquistar al amor. Peligro, esa palabra no está en mi vocabulario.

Así que como realmente no tenia gran ayuda del exterior. Decidí quedarme en silencio en mi habitación a veces esas respuestas llegaban solas a mi; pero a veces me quedaba como tonta sentadas horas y horas y nada se me ocurría. Eso ya me había pasado varias veces. Pero como no tenía la menor idea de que hacer lo intenté nuevamente. Y aunque a veces pienso que Sara, sospecha algo de mi condición ella no me ha dicho nada abiertamente, pero su insistencia a que le ayude me hace dudar un poco.

Mezclando algunas hiervas, claro como ingrediente principal la lavanda; conseguí hacer, una esencia. Ahora solo me faltaba darles el poder, la energía que necesitaba. Así que mezclando palabras, frases, conseguí algunos hechizos; bueno, lo que yo llamo hechizos. Haciendo unas pruebas, algunas veces había pequeñas explosiones, a veces no pasaba nada, en otras un pequeño incendio e incluso mucho humo. Eso me sonaba que no iba por buen camino.

Cuando me estaba dando por vencida y ya un poco cansada y desesperada; recordé la frase que utiliza Julia Roberts en Notting hill, pidiendole a Hug grant que la ame; y decidí probarla, pero para que sonará más «nice», la utilice pronunciándola en francés.

Je suis juste une fille debout devant un garçon pour lui demander de l'amour”, la repetí una y otra vez; quizá utilizar el idioma de amor ayudará un poco. Y funcionó ya que después de repetirla unas cuantas veces, salio una luz rosa de mis manos que quedo suspendida en una esfera flotando enfrente de mi, la dirigí hacia la esencia que inmediatamente toda mi habitación se ilumino de un tono rosado.

Yo estaba feliz por lo que acaba de hacer; cuando en eso entro mi madre que me llevaba un poco de jugo, y lo dejo caer al suelo, al ver la luz rosa que invadía mi recamara. Cuando me di cuenta ella comenzó a desvanecerse y yo al correr al tratar de detenerla, en un descuido me vacié parte de la esencia en mis manos. No le di gran importancia y aun así corrí a socorrerla.

Cuando ella recuperó la conciencia no me quedó más remedio que contarle mi secreto; para evitar que siguiera gritando que se estaba volviendo loca, que ya veía cosas; que tenía años viéndolas pero que pensó que era por su gran imaginación.

Ella me escuchó atenta y cada vez que le contaba «alguna travesura» que había echo en el pasado; abría los ojos como platos al darse cuenta que no lo había soñado, ni que estaba loca. No entendía como yo tenía esa poder; esa magia en mí.

Repetía una y otra vez «Todos somos normales en mi familia; claro a de ser por parte de la familia de tu padre; su madre me parecía que era una bruja. Claro es una bruja y tú... tú lo heredaste». Yo trataba de tranquilizarla, diciendo que nada malo había hecho, que eran «cosas» sin importancia lo que hacía. Ella no me quería escuchar, no entendía no quería entender.

Así que se levantó de la cama y dijo, pero como si estuviera hablándole al aire «aquí no ha pasado nada, yo no he visto nada, tú no me has dicho nada, yo estaba dormida en tu cama por el cansancio, y ahora que llegaste del colegio te dejo sola para que trabajes en tus deberes. Yo no vi nada». Y con esas últimas palabras salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella.

Yo no sabía si sentirme ofendida, despreciada o alegre; podré seguir haciendo lo que quiera y nadie me dirá absolutamente nada. Con ese pensamiento me quedé toda la tarde, seguiría obteniendo lo que quisiera y nadie me lo negaría; siempre obtendría lo que quisiera.

Pero estaba más que equivocada.

Al día siguiente cuando llegué a la universidad, me sentí rara, muy observada, incluso hasta acosada. Desde el primer segundo que llegue todo aquel, hombre, mujer, o lo que fuera se acercaba a mí, y me decían, «Eres muy linda», «Te ves espectacular», «¿Quieres ser mi novia?», «Qué rico hueles, hermosa»; yo espantada comencé a correr para alejarme de todos, pero a cada paso que daba, siempre había alguien que se me acercaba.

«Eres la mujer de mi vida», «Eres perfecta»; escuchaba que gritaban a mi paso. Yo no sabía que era lo que pasaba,; corrí desesperada al baño, el lugar donde me escondía cada vez que me quería aislar de algo o alguien.

En eso, entre mis sollozos, alguien toca la puerta; yo no quiero responder, tengo miedo. En eso escucho la voz de Sara. Se que ella me explicará que es lo que está pasando allá afuera. Sin dudarlo abro la puerta y en cuanto la abro ella se acerca a mí, me dice «Tranquila nena, ya pasó todo, ahora estás a salvo, nada ni nadie te lastimara» y se acerca a mi en un abrazó cuando siento que es más que un abrazo de amigas que es algo más; trato de separarme un poco ella, pero toma mi rostro y me da un beso en los labios.

Yo desesperada, me suelto de su agarre «tranquila, nada te pasara; yo te amo, eres el amor de mi vida y...»; no deje que terminara y salí corriendo de ahí, solo en mi casa estaría segura. Cuando iba manejando recordé lo que había pasado la tarde anterior. Cuando mi madre me sorprendió haciendo el hechizo yo derrame un poco de la esencia sobre mi. «claro es eso», pensé. No había otra explicación.

Como no sabía que hacer di vueltas en el auto durante horas por la ciudad. Ya más tranquila llegué a casa, pensando que hacer para contrarrestar esta situación.

Pensando como hacerlo, me dediqué toda la tarde. Ya en la noche me habló Paolo; el único chico del que estoy enamorada desde el quinto grado; es tan guapo, tan gentil, tan caballeroso. Era un sueño echo realidad. Así que cuando me dijo que era urgente que me viera. Sin pensarlo le dije que lo esperaba en mi casa una hora después.

Total, con el resultado que había tenido con los demás durante el día de hoy; esperaba lo mismo de él. Caería rendido a mis pies, me pediría que fuéramos novios, seríamos felices y algún día nos casaríamos. Un poco de ayuda con él no estaría nada mal. Ya que durante todos estos años yo había sido invisible ante él. Así que quizá hoy me dé mi primer beso. Eso me emociona mucho.

Me arregló lo más que puedo, quiero ser irresistible para él. Cuando llega me alegro que mi madre aún no llegara. Le abro la puerta y me ve como siempre; no entiendo que es lo que pasa, me acerco más a él, y nada. Le pido que me disculpe un momento y subo a mi habitación me pongo un poco de la esencia quizá su efecto ya terminó; una vez que bajo con un fuerte aroma de lavanda; él hace cara de asco. Creo que el olor es un poco fuerte.

A pesar de todo yo me acercó hacía él, para ver si ahora funcionaba. Y no pasaba nada. Yo no sabía lo que pasaba. Nos quedamos en silencio varios minutos hasta que el rompió el silencio.

«Dess, vaya, no se por donde empezar, creo que nunca te lo demostré, pero me encantabas, siempre me habías gustado; pero hace rato me di cuenta que estaba enamorado de un imposible. Te vi en la mañana correr con miedo hacía el baño, fui detrás tuyo, y cuando entré al baño... yo... no podía creer lo que estaba viendo. Sabía que Sara y tú eran buenas amigas desde el kinder sino me equivoco, pero nunca... imaginé que tú y ella fueran... pareja. Las vi besándose. De ahí tomé la decisión que no quiero salir más lastimado de lo que estoy; así que me alejaré definitivamente, no pienso acercarme a ti nunca, ni hablarte. Por años alimenté una esperanza... un sueño... y ya no quiero perder más el tiempo. Quizá si hubiera sido más valiente otra sería la historia, pero, ahora comprendo que su amor es fuerte y verdadero. Les deseo lo mejor».

Yo me quedé muda, no sabía que decir. Solo vi como salia de la casa el amor de mi vida, y que jamás lo volvería a ver.

Llorando subí a la habitación. Por querer conseguir mi bienestar a través de la magia tanto para mi, como para la gente que quiero. He perdido a lo único que realmente amaba.

Buscando en internet de cómo parar el efecto del hechizo encontré una pagina y lo que decía ahí, era más que la verdad.

La verdadera magia, no se crea, esa se encuentra en el fondo de nuestro ser, de nuestra esencia. Está jamás será dañada ni cambiada. La única magia verdadera es la que existe en el amor. Lo demás son charlatanerías”.

Ahora me daba cuenta de ello. Él me amaba de verdad, por eso no se vió afectado por el hechizo.

Sonó el teléfono y contesté «Nena, te amo...» escuchaba la voz de Sara al otro lado del auricular.





Fin.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Capítulo 17 de Amar... Te Duele "¿Obsesión o Amor?


Amar...Te Duele
Capítulo 17  "¿Obsesión o Amor?"



Ian


Ian —me decía al oído casi ronroneando —¿Sigues durmiendo?

Creo que ya no —contesto de mal humor. —¿Qué hora es?

Van a ser las ocho.

Joder, es sábado —contesto mientras me cubro hasta la cabeza con la sabana.

Se que es temprano —dice juguetonamente, mientras se mete debajo de la sabana y comienza a darme unos besos pequeños. —Pero es que me gustaría que hoy hiciéramos algo diferente.

¿Diferente?

Pues, sí. No sé quizá salir a desayunar fuera, ir al cine, a la playa —me dice enumerando las cosas con los dedos. —A veces pienso que te da pena que te vean conmigo, tú y yo solos nos vemos para...

Tener sexo —termino la frase por ella.

No es sólo es sexo, los novios no...

¿Novios? —pregunto —¡¿Novios?! ¿Quién diablos dijo que tú y yo somos novios? —grité mientras salía de la cama y me alejaba de ella.

Salí de la habitación dando un portazo detrás mio. ¿Novios? Pero que se cree. Yo jamás le di falsas esperanzas. Fui muy claro con ella desde un principio si ella cree que esto da para más esta muy equivocada. Abro el refrigerador para ver que puedo tomar para quitarme el mal sabor de la boca que me ha dejado este mal entendido.

No puede ser —grito —cerrando la puerta de un golpe, al ver que no hay nada.

Pero, ¿Por qué te pones así? —me dice —en las noches en tu habitación eres...

Un amante, no sé si bueno o no, pero amante a secas — contesto —no sé...

Es que creí que tu y yo... eramos... novios —me dice casi comenzando a llorar —yo...

Tú, nada —le digo —desde el principio fui muy claro contigo.

Lo sé, pero con el trato yo creí que...

Creíste mal. Desde un principio te dije que no me quería y no podía involucrarme en una relación —traté de decir más calmado —yo jamás te dije que... podíamos llegar a más. Te lo dije claramente.

Lo sé pero...

No hay ningún pero. Ambos somos adultos; nos gusta pasarla bien de vez en cuando y...

¿De vez en cuando? —me dice casi llorando —si parece que ya vivo aquí, todas las noches...

Porque quieres, nadie te ha obligado. Sí ese es el problema la puerta es muy ancha y cuando quieras puedes irte. Nadie te va a detener.

No es justo, yo... yo...

Vanessa, jamás te mentí, aceptaste mis condiciones.

Sí, lo sé.

Me voy a dar un baño... Solo —le digo cuando veo que se pone de pie. — Tu sabrás si te quedas o te vas.

Terminé diciendo esas palabras y sin voltear a verla entré a la habitación a buscar algo de ropa para meterme a bañar. Unos veinte minutos después salí de la habitación esperando ver el departamento vacío. Pero estaba muy equivocado.

Creí que te habías ido — le dije mucho más tranquilo.

No hay nada que desayunar, así que creí que podíamos ir a desayunar, ¿no lo crees? —me dijo con una gran sonrisa —y quizá después podríamos ir al cine. No sé, le hablamos a Raúl y Caro y después de la peli, pues a ver que hacemos, podemos ir a la playa, o ¿qué te gustaría hacer?

Vanessa, sí entendiste lo que...

Perfectamente, somos amigos con derechos, sin compromisos y sin nada. Pero al final amigos ¿no?

Cambiate y nos vamos —le dije.

Por más que quiero ser grosero con ella no puedo; no se lo merece ella es... dentro de su forma de ser es maravillosa, pero mi corazón está en otro lado. Mientras espero que esté lista prendo el televisor a ver un poco de noticias.

Al ser sábado por la mañana, la verdad es que no hay nada bueno a estas horas. Por fin encuentro un noticiario de la televisión local.

Claro, no hay nada más importante que la noticia del fallecimiento de una niña rica —digo en voz alta mientras veo que siguen pasándola después de dos semanas la noticia del accidente que tuvieron una pareja y dónde ella falleció —pero no se que tan importante es, lo más probable es que iban tomados o drogados —tomo el control remoto para apagar la t.v.

Pero me detengo. Jamás había prestado atención a la noticia. Y en la pantalla no sólo está la foto de la chica, sino también el de su acompañante. No puedo creer que sea él. ¡Jazz! Es lo primero que se me vine a la mente.

Sin pensarlo tomo las llaves del auto y le grito a Vanessa que hubo cambio de planes. Que tengo que salir. Cuando cierro la puerta escucho a lo lejos que me habla pero yo ya no respondo. Lo único que deseo es llegar lo más pronto posible al hospital donde debe estar ella.

Media hora más tarde me encuentro en la recepción del hospital preguntando en que piso se encuentra Edgar. En cuanto me dicen que está en el cuarto piso me dirijo hacia los ascensores al ver que se tardan demasiado, decido usar las escaleras. La emoción de volver a verla es más grande de lo que puedo creer. Jamás me habría imaginado sentirme así por alguien. De dos en dos subo los escalones de los cuatro pisos.

En cuanto entro a la sala de espera, la veo ahí. Sentada en el sofá. Está sola. Decido calmarme un poco. Espero unos segundos a qué mi respiración se tranquilice un poco , ya que está muy agitado un poco por la emoción o otra por subir las escaleras tan deprisa.

Cuando me siento listo comienzo a caminar despacio hacia ella. Cuando estoy a poca distancia de ella. Alguien llega primero que yo.

El chico del colegio llega con un vaso y un poco de fruta. Las pone en la mesita que está a un lado de ella y se abrazan fuertemente. Él se retira u poco, y le da un beso en los labios.

Al ver esto. Yo me quedo paralizado. Fui un tonto al creer que estaría sola. Me doy media vuelta y camino en dirección hacia los ascensores. No me atrevo a acercarme a ella. No merece la pena.


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Iker


Aún no se porque mi padre se empeño a que viniera con él a su desayuno de trabajo. Yo debería estar en estos momentos en el colegio y no tanto para recibir las calificaciones, sino para poder despedirme de ella. No lo voy a ver en tanto tiempo que, si no me despido de ella ahora la veré nuevamente hasta dentro de dos meses y eso me pone mal.

Aunque trato de aparentar que nada me pasa. Creo que soy más que obvio.

Bueno jovencito —me dice el señor Miller —en verdad eres muy buen mozo como me había dicho tu padre. —me dice mientras me sonríe. —¿sabes una caso? Mis hijas y tú son de la misma edad, creo que se pueden llevar muy bien. ¿No lo crees Cristiano? —le dice a mi padre.

Creo que se pueden llevar muy bien. Es más para que se conozcan pueden ir este fin de semana, o cuando gusten a comer a la casa.

Deja ponerme de acuerdo con mi mujer y te aviso. —voltea a verme —Y la escuela ¿ya termino?

Hoy era el último día, entrega de calificaciones, pero mi padre... —comencé a decir pero al ver el rostro de mi padre dudé un poco. —Mi padre dijo que si lo podía acompañar el día de hoy, que me quería presentar a su jefe.

Pero Cristiano, ¿cómo se te ocurrió traerlo aquí,? él debería estar en el colegio despidiéndose de sus compañeros, pasarán dos meses antes que los vuelva a ver. Nuestros planes pueden esperar un poco ¿no crees? —voltea a ver a mi padre e inmediatamente regresa a verme a mi —si gustas, si aún es tiempo, mi chofer esta afuera el te puede llevar, claro si quieres.

¿En verdad? Pero bueno, es que tendría que pasar primero a casa por unas cosas y después... —empecé a decir.

Ya te está esperando —me dijo mientras dejaba su teléfono en la mesa. Ya después nos veremos jovencito. —Yo estaba sorprendido, mi padre no sabía que decir.

Cristiano aun hay tiempo, dejalo irse.

No vemos vemos en casa —me dijo cortantemente.

Yo salí corriendo del lugar. Si me apresuraba, aún la podía alcanzar.

Al rededor de media hora después, entré corriendo al colegio. Subí las escaleras lo más de prisa que pude. Cuando llegue no había nadie. Ya habían terminado. Comencé sentirme mal. No me puede despedir de ella. Con la cabeza baja comencé a bajar las escaleras. En eso se me ocurrió que el colegio aún no estaba totalmente vacío. Quizá aun había un lugar donde la podía encontrar. Baje corriendo las escaleras y me dirigí hacia donde están las taquillas. En cuanto entré al pasillo pude verla vaciando la suya.

Despacio me acerque a ella. Y le doy un beso en la mejilla.

No podías irte sin verme —le digo mientras le doy un girasol — Recuerda que en poco menos de dos meses te estaré esperando. —Le doy un muñeco de peluche —Se me hará eterna la espera, pero aquí estaré esperándote. — Y por ultimo le doy un carta y otro beso en la mejilla.

Se voltea por fin; tiene los ojos llorosos, al igual que yo. Se acerca a mí y nos damos un beso en los labios, terno, pero muy largo. Se que con esto debe ser suficiente para poder recordarla diario hasta que regrese. Quiero grabarme su imagen, su aroma, su esencia en la mente.

Termina de sacar sus cosas y la acompaño al auto donde está su madre esperándola. En unas cuantas horas salen de viaje. Llevan un poco de prisa. Pero me queda la satisfacción que logré despedirme de ella.


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Después de tanto insistir, el día de hoy, dos semanas después del exitoso desayuno. Viene la familia Miller a comer. Viene el matrimonio junto a sus dos hijas Paola y Paula. Dos gemelas de dieciséis años.

En cuando llegaron me mandaron a que les enseñara la casa. Ambas se veían muy aburridas del tour. Así que para distraerlas; y como había todavía tempo antes de la comida les enseñe cual era el camino para la playa. Quizá así se distraerían un poco.

En cuanto llegamos a la playa. Creo que Paula, aunque no estoy muy seguro. Se quito la mayor parte de la ropa y se fue a nadar un rato. La otra gemela, que supongo yo que es Paola. Se quedó junto a mi.

¿Nadamos?

Pero no traigo mi traje... —ella se acerca a mi y me da un beso en la boca para callarme.

Vaya, quizá mi padre no estaba tan equivocado, podemos pasarla muy bien estás vacaciones, ¿no crees? —además no necesitamos traje, nos va a terminar por estorbar.

Y sin dejarme contestar siquiera. Se acerco a mi me quito la camisa y me dio un beso más.

¿Puedes o te ayudo? —me dijo con una risa que era más que una carcajada. Y salió corriendo hacia el mar.

Yo no se por que. Pero termine de quitarme la ropa y la seguí. En cuanto entre al agua las dos se acercaron a mi. He hicimos algo más que nadar. Lo que yo no me di cuenta es que a la distancia algunos ojos nos observaban a atentamente con una mirada satisfecha.


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Bueno, cuando estaba con Paola y Paula, sencillamente no sentía el tiempo pasar. Sentía como mi voluntad desaparecía con ellas y terminaba haciendo lo que ellas querían al final de cuentas. A mi madre no le gustaba mucho que estuviera a solas con ambas chicas ya sea en el mar, en la alberca o en mi recamara. Cosa que mi padre siempre buscaba. Que estuviera a solas con ellas.

Siempre encontraba algún pretexto para dejarnos a solas. Sé qué el sabe que hacemos más que platicar. Pero parece que eso lo enorgullece. Y yo aunque cuando se van me arrepiento por todo lo que hicimos. Al día siguiente. Se me olvida todo y volvemos a hacerlo.

Así pasaron mis vacaciones. Se me hicieron tan cortas, que ahora que lo pienso no se que hice todo el tiempo. Sólo sé que faltan dos días para regresar al colegio. Y es donde me acorde de ella. Busque en mi escritorio y ahí estaba ella. Con esos ojos, con esa mirada.

Y yo... la he traicionado. Aunque en el fondo no sé porque. Pero lo he hecho. Se que no le puedo contar nada. Ella confía en mi. Como yo lo hago con ella. No puedo decirle la verdad. Mientras no sea necesario, no pienso hablar del tema.

Eso será lo mejor —pienso para mí mismo. —Ahora que la vea en la escuela, las cosas volverán a ser normales.


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Jazz


Después del el mal rato que pasé en mis vacaciones con Alex lo único que deseo es poder ver a Iker nuevamente lo extrañe mucho.

Aunque ahora que nos reencontramos en el colegio, sentí que algo había cambiado, que algo había pasado. Pero le pregunté y el no me dijo nada. Ha de ser imaginaciones mías.

La verdad a pesar que casi no pensé en él. Ahora me doy cuenta que me hizo mucha falta. Su amor, sus cariños. Sus palabras.

Pero ahora tenemos tiempo para compensar todo el tiempo que perdimos en las vacaciones.

Con todo el ajetreo de las ultimas semanas. El cambio de Ian, que aún no se porque fue. El accidente de Ed, y las vacaciones no había tenido tiempo de ver el DVD ni las fotografías de mis XV años. A pesar de que sólo han pasado algunos meses de eso. Lo veo tan lejano como si hubieran pasado años desde ese día.

Así que sin dudarlo, ahora que no tengo deberes del colegio decidí tomar el álbum fotográfico. Tiene tantos fotos. Las primeras paginas son fotografías mías. Desde que me estaban arreglando, las del estudio. Después estoy con los chambelanes. Ahí esta él.

Tan guapo, con ese porte. Realmente destaca encima de de todos. Después están las fotos con mi familia. Y las ultimas paginas son las que sacaron en las fiesta; de los invitados, el arreglo y del baile.

Mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas al recordar los bailes que tuve ese día. Creí que ya lo había superado. Lo dudo un momento, no se si estoy preparada a ver el DVD, quizá al verlo ahí recuerde todo nuevamente. Y sienta la misma alegría que sentí en ese momento. Pero...

Me levantó de la cama y lo pongo. Las primeras escenas son de la misa. Como no tengo muchas ganas de verla avanzo esas esas tomas. Después están las de la fiesta. Algunos invitados dándome sus mejores deseos. El brindis de mis padres. Y los vals que baile. Eso me trae muchos recuerdos.

Las tomas que siguen son de la fiesta en general. Cuando creía que había terminado. No podía creer lo que estaba viendo. Nos grabaron al final de la fiesta. Ya casi no hay nadie en el salón. Estamos Ian y yo en la pista de Baile. Está de fondo la canción de los Guns. El se acerca a mi. Mi primer beso está grabado.

Con estás ultimas imágenes , las lágrimas que empezaban a caer sobre mis mejillas se han convertido en un llanto. En un dolor. Sin detenerlo me recuesto en la cama y comienzo a llorar. Hasta que el cansancio me ha vencido y me he quedado dormida.


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Ian

Otro día más —pienso cuando me despierto, observo el despertador y aun es temprano, todavía no son ni las ocho de la mañana.

La universidad está cerrada ser sábado y aún no me han dado ganas de buscar trabajo así que viendo las perspectivas de mi día, decido tratar de dormir otro rato; pero en cuanto cierro los ojos, la imagen de su rostro es lo único que puedo ver. A pesar de que he tratado por todos los medios de sacármela de la cabeza; mi mente me lo permite pero mi corazón no me deja. En un principio creí que el utilizar a Vanessa me serviría; pero ahora me doy cuenta que mi realidad es otra.

En más de una ocasión me he levantado en las madrugadas recordándola; ojala fueran sueños de sus sonrisas; pero son todo lo contrario. Algunas ocasiones recuerdo una y otra vez cuando le deje llorando a la mitad de la calle, y otras más con el mocoso que está con ella.

La verdad es que no lo entiendo, a pesar de que vivimos en diferentes ciudades, eso no impide que me niegue a salir, es cierto que la mayoría de mis amistades estén donde está ella. Así que me la paso encerrado en mi departamento lamentándome de lo que pudo ser.

Tratando de hacer algo diferente el día de hoy, decido levantarme, quizá le llamé a Rulo para ver si nos vemos y hacemos algo, pero cuando me acerco a la mesa donde está el teléfono, ahí está ella en una foto. Me detengo a observarla unos segundos y me doy la vuelta.

Me asomó por la ventana y es un día triste, nublado, frío y con mucho aire, raro en en ciudades como estás. Así que que decido regresar a la cama y prender el televisor. Para el colmo de los males aunque ya debieron darle carpetazo a esa nota, ya tiene más de dos meses con esa noticia, pero al parecer la chica que falleció era hija de alguien importante en la política y al parecer dudan que haya sido un accidente; pero lo único que provoca en mi esa nota es recordarla abrazada a él.

Sin duda ella merece alguien como él —me digo a mí mismo y apago el televisor y trato de dormir nuevamente.

¿Estás dormido? —me preguntan.

Yo trato de ignorar la voz, y me hago el dormido.

Sé que estás despierto, cuando duermes respiras diferente —me dice nuevamente —no seas así, vamos al cine hoy ¿sí? Tiene mucho que no salimos, sólo quieres estar en cama y eso no es bueno para ti —me dice mientras se acerca a la cama se hinca y me da un beso en la mejilla.

Vanessa, por favor, hoy... —comienzo a decir.

No seas así, levantate, vamos a desayunar y vamos al cine —me dice con un puchero en los labios.

Oki —contesto de malas.

Se que ella a aguantado mucho, es incondicional y no merece que la trate así. Me levanto de la cama con pesar y me dirijo a la ducha, ella me sigue y tomamos un baño juntos. Más o menos una hora después estamos saliendo del departamento y nos vamos a un pequeño restaurante a desayunar. Ahí decidimos hablarle a Raúl y quedamos de vernos unas horas después en uno de los centros comerciales más grandes de Cancún.

Una vez que llegamos a reunirnos todos en el centro comercial. Nos fuimos directo a la sala de cine. Cuando llegamos hacía dónde estaba la cartelera lo primero que vi fue a la nueva parejita; me les quede viendo unos momentos y me di media vuelta y comencé a caminar a la salida.

¿Ian?

Yo camino lo más rápido que puedo.

Te estoy hablando ¿no me escuchas? —dice Vanessa —¿por qué te saliste así? —dice mientras me toma de la mano y se acerca a mí para tratar de darme un beso.

¿Ian? —escucho su voz. Y volteó ver hacía dónde escuche esa dulce voz.

¡Jazz! —contesto con una gran sonrisa, la alegría que siento no lo puedo disimular. ¿Cómo estás? Aunque es claro, estás muy bien acompañada —le digo antes que me contestara al ver que el tipo este está junto a ella.

Muy bien, hace mucho que no te había visto desde... —comienza a decir —él es Iker, un amigo del colegio —me dice mientras voltea verlo. —¿Y qué has hecho? ¿Cómo has estado?

Bien —digo apenas —bueno si me disculpas he recordado que tengo algo que hacer, después no vemos. —contesto volteandome inmediatamente, los celos son más que insoportables. Sin esperarlo siquiera cuando apenas había dado un par de pasos, me tomó del brazo y me dio un beso en la mejilla.

Espero que estés bien —me dijo con un gran sonrisa —ojala te vea pronto, creo que tenemos una platica pendiente de..., bueno ya sabes dónde buscarme para...

Vale, en cuanto pueda te busco y platicamos. Le regreso el beso en la mejilla y camino hacía las escaleras eléctricas. No puedo, ni quiero voltear a verla, aún no estoy listo.

¿Quién es ella? —me pregunta —no me digas que por ella, tú...

Vanessa, en verdad no estoy de humor de hablar de eso.

Pero si es una niña —me dice casi gritando —ahora comprendo cuando le gritaste en la calle fue... querías que ella... y yo... —me dice sorprendida —tratas de olvidarla acostándote conmigo, ¿no es así?

Sí, ahora que lo sabes, ¿qué haces aquí?

Pero yo...

Hace unas semanas tuvimos está platica, nadie te está obligando a... —le digo deteniéndome y viéndola por primera vez en mucho tiempo a los ojos. —¿Sabes qué? Tienes razón, estás perdiendo el tiempo conmigo.

Sin esperar su respuesta comencé a correr y llegue al estacionamiento; lo que necesitaba en este momento es ir a la playa; el mar es lo único que me calma y puedo pensar claramente; así que sin pensarlo mucho comencé a manejar con esa dirección. Poco después me encontraba viendo la infinidad azul enfrente de mis ojos. No se cuanto tiempo ha pasado. No tengo la menor idea cuantas horas llevo aquí sentado, lo único que sé es que ya empieza a oscurecer. Me levanto de la arena y camino hacía el auto; ahora tengo perfectamente claro qué es lo que voy a hacer.


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Tengo no sé cuanto tiempo parado frente a la puerta decidiendo si tocar o irme; pero mis pies no reaccionan, por más que quiero estoy aquí parado como un idiota, tan indeciso como nunca había sido. Ya a estas alturas ya no siento ni los pies.

Por fin tomo el valor y toco la puerta.

¡Hola! — le digo en cuanto abre la puerta —te he extrañado, soy un imbécil —le digo con una sonrisa en los labios.


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Iker


Me siento feliz, ahora tengo todo lo que buscaba y necesitaba desde hace tanto tiempo. Que más puedo pedirle a la vida. A la chica más maravillosa que he conocido está conmigo a mi lado; sé que aún no le pido que seamos novios, pero creo que no es necesario que lo haga, no necesitamos títulos ni nada parecido. Simplemente nos complementamos.

A pesar de que tuve oportunidad de estar con alguien más en las vacaciones cuando ella no estaba, simplemente no pude olvidarla; a veces tengo ganas de contarle a cerca de lo sucedido, pero pienso que no tiene caso eso arruinaría todo.

Me siento como raro, nunca creí que un hombre mientras recuerda al amor de su vida pueda suspirar; siempre creí que esa cursilerías sólo pasaban en las películas o a las chicas; pero a los tipos como yo nunca creí que fuera posible.

Quizá me siento así porque hoy va a ser el gran día, aunque siento que no necesitamos títulos quizá ella sí, y también le he pensado para que en su casa no le pongan peros cuando vaya a verla. Hoy le pediré que sea mi novia y si me lo permite hoy mismo hablaré con sus padres.

Veo la hora y tengo apenas el tiempo justo para salir e ir por ella a su casa. Estoy feliz que en las vacaciones pude obtener mi licencia y yo no tengo que depender de Victor para que me llevé a todas partes, al principio mis padres no estaban muy convencidos que manejara a mi edad, mi madre era la que más se espantaba. Pero haciendo todo lo que me pedían en las vacaciones logré convencerlos. Aunque todavía estoy en periodo de prueba.

Ya una vez que estoy listo, bajo de mi habitación y me despido. Antes de pasar por ella quiero comprarle unas flores, se que ella ama que le haga esos regalos. Pasa a comparle sus flores favoritas que son las azucenas, le compró un ramo enorme y me dirigo hacía su casa. Minutos después estoy tocando el timbre de su casa.

Me abre su hermano Ed, y cada vez lo veo mejor, estuvo tan grave en el hospital que incluso se pensó que no volvería a caminar, pero dentro de lo que cabe se encuentra muy bien, sólo le quedo una leve lesión en una pierna y por lo cual tiene que caminar apoyándose en un bastón. Pero yo creo que no se queja, la verdad es que tuvo mucha suerte. En cuanto me ve, me abraza y me invita a pasar. Sonríe a ver que le llevo flores a hermana. Me deja en la sala solo y sube a buscarla.

¿Son para mí?, me dice en cuanto ve en la mesita el ramo de flores.

¿Cómo crees?, son para Arturo —le digo con una risa —ya vez que es una amor —termino diciendo dándole un beso en la mejilla y entregándoselas.

Deja ponerlas en agua y nos vamos.

Cinco minutos después salimos de su casa en dirección al centro comercial. En cuanto llegamos nos dirigimos a ver la cartelera. Decidiendo cual veíamos, yo le di un beso en los labios y ella sin dudarlo me correspondió, seguimos platicando para decidir cual veíamos, y aunque al final vamos a ve la que ella quiera me gusta hacerla rezongar un poco. Cuando termina decidiendo y al ver que no le protesto se acerca a mi y me da un beso. Cuando se separa de mi voltea para caminar hacia las taquillas y se queda muda, ha visto a alguien; se ha puesto pálida. Ella está sorprendida.

Sin decir nada me suelta de la mano y salé casi corriendo del cine, yo sin pensarlo la sigo, no entiendo nada. Veo que corre detrás de la pareja que acaba de entrar a la sala. Se acerca al sujeto que se ve furioso y que segundos antes parece que se ha peleado con su novia. Jazz lo llama.

Él voltea y la saluda; ambos están sonriendo. Se ven felices. Al ver que se detuvo ella camina en su dirección, se acerca a él. Yo me acerco más lentamente para estar junto a ella. No alcancé a escuchar lo que le contesto él.

Muy bien, hace mucho que no te había visto desde... —comienza a decir —él es Iker, un amigo del colegio —dice mientras voltea a verme. —¿Y qué has hecho? ¿Cómo has estado?

Él voltea a verme y se nota que no le ha gustado nada que esta con ella. Su mirada lo dice todo. Deja de observarme y voltea a verla a ella. Se ve feliz. Se ven felices.

¿Un amigo?, ¿sólo un amigo del colegio?, no puedo creer que así me haya presentado, creí que era más importante para ella. Pero ¿un amigo? Volteo a verlo a la cara, si me a presentado así es que ella...

Al principio no se me hizo conocido. Pero cuando escuche su voz, recordé dónde lo había visto. Fue en la puerta de colegio, días antes del accidente de Ed. Su rostro se me quedó gravado en la mente; la tristeza que tenía en ella era impresionante y verlo sonreír ahora. Sonriéndole a mi Jazz.

Se despide y se da la vuelta, Jazz se acerca corriendo a él, lo toma del brazo y le da un beso en la mejilla. Siento una rabia ella se ve feliz, como pocas veces la he visto, está radiante. Camina en mi dirección y trae una gran sonrisa en los labios. Simplemente sus ojos brillan de felicidad.

¿Quién es él? —pregunto lo más calmado que puedo.

Un amigo, que hace tiempo no veía.

¿Un amigo? —trato de controlarme —¿y a todos tus amigos los persigues para saludarlos? —terminé diciendo, los celos me estaban matando.

¿Perseguir? No te entiendo, simplemente lo salude —contesta ella medio distraída, aún sigue viendo por dónde desapareció.

¿No crees que es un poco mayor, para qué sea tu amigo? ¿cómo lo conociste? —trato de llamar su atención, pero ella sigue sin verme.

Él bailo conmigo en mis XV, y por el favor lo considero mi amigo, él... —voltea a verme —será mejor que entremos al cine sino ya no veremos la peli, ¿no crees? —terminó diciendo.

Se que lo del cine es sólo un pretexto. Se que no quiere seguir hablando del tema. Algo me oculta. Sé que no me quiere decir algo, pero ¿quién será en realidad?. Entramos a la sala de cine y a pesar de que estamos abrazados; no me pudo concentrar ni en la película ni en ella.

Sé que él es más que un amigo para ella. Algo pasó entre ellos, lo sé. Ese día en el colegio debió haber pasado entre ellos. Trato de recordar que fue lo que paso ese día. Ahora lo recuerdo.

Él nos vio a la salida del colegio, debió ver los regalos que le hice en esos días y debió pensar que estábamos juntos. —pensé —Eso debe ser, por eso cuando me ayudo a levantarme estaba así. Estaba triste porque pensó que la había perdido, sin duda eso debe ser —voltee a ver a Jazz, estaba sonriendo.

Si estoy en lo cierto, si él está enamorado de Jazz,no me pienso hacer aun lado. Si quiere algo con ella, tendrá que buscar la forma, ya que no se lo voy a hacer nada fácil. Aunque se que la que al final decidirá sea Jazz y así como veo las cosas, creo que llevo las de perder —pienso con tristeza —pero aún así haré todo lo posible por no perderla, no puedo. No quiero.


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Jazz


Por más que quise no me concentré en la película que vi hace unas horas con Iker, tenía más cosas en la cabeza como para poder concentrarme.

Aún no puedo creer que lo viera nuevamente y más increíble que yo me acercara a saludarlo. El sentirlo, olerlo; es lo más maravilloso que me ha pasado en muchos meses. Es más incluso el dolor que me provocó ha quedaron en el olvido. Lo que siento por él es más fuerte de lo que creía. Pero esto hace que me sienta confundida. Muy confundida.

Se que por Iker siento algo muy fuerte. El estuvo conmigo cuando más necesita el apoyo de alguien y en más de una ocasión siempre estuvo ahí conmigo. Y lo sigue estando. Me siento a gusto con él; la pasamos genial, me gusta, yo se que le gusto. Quizá por la edad tengamos inclusos más cosas en común. Pero, ahora que lo vi nuevamente me siento confundida.

Estando en mi habitación le hablo por teléfono a Mar, a pesar de que hay un distanciamiento entre las cuatro en estos momentos, decidí hablar a ella, porque fue como la líder entre nosotras y se que hora que las necesito no creo que me dejen sola. En cuanto me contesta la escucho muy seria, muy cortante. Cuando le dije que las necesitaba, que me hacían falta; guardó silencio unos segundos. Cuando volvió a hablar me dijo que nos veríamos en mi casa en dos horas. Que necesitaba hablarles a Di y a Bere. Que entré todas encontraríamos una solución.

Y así fue dos horas más tardes, llegaron las tres y nos encerramos en mi habitación. Cuando les conté toda la historia de Ian y de Iker. Di y Mar se voltean a ver con miradas suspicaces. Bere estaba muy callada más de lo inusual. Sé que todo este tiempo no hemos alejado mucho; pero jamás creía que hubiera perdido tan rápidamente a mis amigas, a las que consideraba como hermanas.

No quisieron darme muchos consejos; sólo me escuchaban. Cuando termine de contarles todo. Bere dijo que el primer amor era el más importante que no dejara que sus opiniones afectaran mi visión. Di y Mar en cambio, las sentí molestas; y mas cuando casi al mismo tiempo dijeron que «afortunada»; dos hombres pelándose por ti.

Al poco rato se fueron y me quedé en las mismas que al principio, sin saber que hacer.


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Al día siguiente, por más que quería olvidar el encuentro que hubo en el cine, no pude. No quería que Iker se diera cuanta que había algo más ahí. Traté de disimular y fingir que todo estaba como si nada.

Las clases terminaron y a pesar que a cada rato veía como me observaba Iker, no me decía nada. Nos dirigimos hacía la salido como de costumbre. Y nos encontrábamos en la entrada esperando a Victor llegará con el auto, para irnos a casa. El día de hoy no había traído el auto Iker

El padre de Iker, al parecer se encontraba molestó por algo anoche, que le había quitado el auto a Iker y le dijo que nuevamente lo irían a recoger a la salida. Él protestó, diciendo que no le podían hacer eso. Que él acostumbraba a llevarme a casa; cosa que le dijeron que no había ningún problema que me dejarían en casa y después él directamente se iría a casa.

¡Vaya! — dijo molesto —no puedo creer que mi padre me haga esto.

No te preocupes —le dije en una forma para tranquilizarlo —¿Pero qué fue lo que pasó? ¿Por qué te castigo?

Ni idea, solo me dijo que ya no tenía carro y que de la escuela a la casa, sin perder el tiempo.

Mira ahí llega Victor —le dije —Pronto pasará, quizá sólo tuvo un mal día y se desquitó contigo...

Puede ser...

Será mejor no contradecir a tu padre para que te quite el castigo lo más pronto posible.

Subimos al auto, y se le indicó a Victor que me dejarían primero en mi casa. Cuando llegamos. Él se bajo a acompañarme a la puerta y nos despedimos con un beso. Esperé a ver como se subía nuevamente y se marchaba. Yo acababa de entrar a la casa. No había nadie. Estaba sola. Tan solo habían pasado unos cinco minutos, cuando tocaron la puerta. Yo creí que algo se le había olvidado.

Así que sin preguntar abrí la puerta.

No puede ser. Él está aquí.

¡Hola! —me dice inmediatamente—te he extrañado, soy un imbécil —me dice con una sonrisa en los labios.

Yo estoy muda. No se que decir. Que hacer. No creí que fuera a verlo tan pronto. Pero... está aquí. Cuando reacciono la saludo.

Hola —saludo torpemente, me acerco y le doy un beso en la mejilla —¿Quieres pasar?


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