miércoles, 9 de marzo de 2011

Capítulo 18 de Amar... Te Duele "Verdades o Mentiras"



Amar...Te Duele
Capítulo 18  "Verdades o Mentiras"




Iker



La verdad es que no entiendo la actitud de mi padre. En las vacaciones, fue muy diferente conmigo. Le satisfacía todo lo que hacia, eso me sacaba un poco de onda ya que nunca le ha gustado como soy; siempre me encuentra peros por cualquier cosa.

Pero desde que llegamos a Cancún, es diferente conmigo; no se si es por su trabajo, el ambiente. Pero él ha cambiado en algo. A pesar de trabajar en una de las empresas farmacéuticas más importantes del mundo, y por lógica con más responsabilidades y obligaciones que en Canadá, ahora se le ve feliz, cuando antes era diferente, como que siempre le hacía falta algo. Nunca estaba realmente satisfecho. Cuando le hablaron del nuevo puesto aquí. No lo dudo ni un segundo en cambiar nuevamente de residencia. Constantemente cambiamos de países y ciudades, y aunque nunca decía no; cuando le ofrecieron que se viniera aquí, parecía realmente feliz. Decía que está vez podríamos obtener todo lo que quisiéramos. Que al fin el contacto que necesitaba, lo había encontrado. Eso fue lo que comentó una tarde antes de dejar Canadá.

Yo en un principio creí que hablaba a nivel profesional, económico. Pero al ver su actitud las ultimas veces ya dudo que se refiriera a eso. Siempre ha sido un hombre trabajador. Casi no lo veíamos en casa; siempre estaba en su oficina. Pero ahora ya no. Gran parte de la tarde, se le ve en casa. Cuando yo no estoy precisamente solo.

El momento ha llegado —me comentó la tarde siguiente que entregaron las calificaciones en el colegio —Tú momento de ser alguien Iker, ha llegado.

Cuando le pregunté a que se refería sólo me dijo, que esperara la comida con la familia Miller. Y poco a poco entendería sus palabras. A pesar de que esa comida ya pasó hace viarios meses; aún sigo si entender sus palabras.

Desde esa comida he tenido principalmente tres cambios importantes: el primero, es Paula y Paola, no se que me pasa pero necesito estar con ellas a diario; segundo, el ocultarle las cosas a Jazz, algo que jamás creí hacer; y el tercero cambio son las escasas horas de sueño que tengo en las noches. Por que quiero y necesito dormir, sencillamente no puedo. Después de varios intentos por quedarme dormido, me levanto de la cama y me voy a la laptop para jugar algo, saco un libro para leer o simplemente enciendo el televisor para distraerme; pero solo duermo con mucho esfuerzo una o dos horas por día.

Paula y Paola; desde que entraron a mi vida, mis tardes son muy diferentes. Durante las vacaciones, o ellas se la pasaban en casa todo el día o yo iba a la suya. Cuando estoy con ellas, simplemente soy otro. No me reconozco. Parece que lo único que deseo y quiero hacer es complacerlas en todos los detalles.

Simplemente no soy yo. Con ellas hago cosas que jamás imagine que haría, simplemente las necesito como se necesita el aire, el agua y la comida. Ellas son tan abiertas y no nada más emocionalmente en todos los aspectos. A veces a mi se me corta un poco el rollo cuando estoy con una de ellas y la otra solo observa; pero en vez que se molesten, parece que hasta les gusta y se divierten más, incluso, sin que yo se los pida, las dos me animan a hacer cosas que solo creí que en películas se hacían, ahora me doy cuenta que la realidad y la ficción tienen muchas cosas en común.

Y no es que me espante, digo desde hace unos años deje de ser virgen, a los hombres esto no nos importa tanto como a las chicas, pero ellas, se que fui el primero para las dos; no es que fueran primerizas y que no supieran absolutamente nada, se ve que han “practicado” de distintas formas, pero yo fui el primero en “entrar” en ellas, cuando me di cuenta me sentí mal, si lo hubiera sabido yo... lo hubiera hecho distinto. Pero a ellas no les importo el como; parecía que era una formalidad que deseaban que pasara lo más pronto posible.

Pero eso ya ha quedado atrás hace varios meses y la practicas que hemos tenido, creo que a los tres nos ha servido para tomar practica, experiencia...

Se perfectamente que mi padre sabe de esta situación y no le molesta para nada, incluso hace unas noches me preguntó que que tal me iba con las hermanas, que si les daba todo y las trataba como debía ser, yo en su momento no supe que contestar, a lo que él ignoro mis evasivas y dijo que ojala la espera no fuera tan larga. Cuando le quise preguntar a que se refería al decir con lo de”la espera” salió de la habitación y me dejo hablando solo.

Mi madre se ha acercado a mi y me ha pedido que me cuide, que aún estoy muy chico y... que no confié en nadie.

La verdad es que tantos secretos me han sacado un poco de onda, normalmente era al revés mi madre era mucho más unida a mi y mi padre no lo era; pero desde que aparecieron Paula y Paola, se han cambiado los papeles. Parece como si a mi madre le diera miedo estar a solas en la misma habitación donde me encuentro yo.

Otra cosa que he notado en mi, es que cuando estoy con ellas me siento más que increíble, es como si tuviera poderes, se que es una estupidez pensar siquiera en eso; pero es que la verdad, no me canso, no me da sueño, no me da hambre; él único apetito que tengo es por ellas; es un apetito sexual. Pero cuando ellas están lejos es muy diferente mi realidad, me siento muy cansado, con mucho hambre y sueño, pero aunque lo desee no puedo dormir, ni comer, ni descansar. Para sentirme bien, las necesito cerca a ambas; pero lo que más me inquieta es el deseo incontrolable de estar con ellas, de sentirlas de tocarlas, de... disfrutarlas. Se han vuelto mi mundo.

Y por muy mal que me sienta físicamente, no puerro dormir por las noches, en cuanto cierro los ojos, empiezo a soñar, si así se puede decir, con sombras que me piden que haga cosas... cosas que no quiero, que no deseo... y algunas de ellas tienen que ver con Jazz; quizá es por los remordimientos que siento al estar la traicionando; porque yo a ella nunca le haría daño, no podría.

Pero son los sueños tan reales, se siente como si estuvieran pasando en ese momento. Quizá ya sea que me de sueño o no, no deseo dormir y prefiero hacer otras cosas.

Aunque a veces creo que mi padre es lo que desea en el fondo, claro no me lo ha dicho abiertamente; pero le ha molestado increíblemente que continué con ella. Después de las vacaciones él me dio a entender que como hombre, tenía que dar la cara que no me podía esconder como si debiera algo, que me tomará unas semanas para terminar “sanamente” mi relación, ya que ahora mi tiempo libre lo utilizaba con alguna de las gemelas. “haciendo” algún trabajo o tarea juntos. Aunque no vamos a la misma escuela, siempre que nos vemos es para “hacer los deberes”.

A pesar de que ya han pasado varios semanas desde que regresamos a clases; la ultima sugerencia de mi padre no la he acatado. Anoche por la tarde me lo ha mencionado nuevamente, pero ahora olvidándose de sutilezas.

Bueno Iker —comenzó a decir en cuanto entro a la habitación —te di la oportunidad de que poco a poco te fueras alejando de esta niña, a la que frecuentas; yo...

Esa niña como la llamas, es el amor de mi vida, es mi no... —comencé a decir.

No digas estupideces —me interrumpió —esa niña , no es ni será nunca tu novia.

¡Por supuest...! —me soltó una bofetada; yo le estaba gritando.

¡No eres y no seras nunca, pareja de ella! —gritaba en mi cara aún con la mano en alto —entiendelo de una vez, ¡NO PUEDES!

Pero, per... ¿Qué te ha hecho ella, porque no puedo? —traté de decirle más tranquilamente —cuando la conociste me dijiste que se veía una niña bien y que...

Eso fue antes —se sentó en la cama y casi en un susurró —Las cosas, han cambiado —suspira un poco mientras ve hacia el suelo —tu, tu haz sido elegido y...

¿Elegido? —No entendía a lo que se refería.

A su debido tiempo lo sabrás —dijo melancólico —quizá eso no era lo que yo buscaba pero... —se levantó de la cama y me miró a los ojos —Ya no importa, Jazzlyn debe estar fuera de tu vida pronto, ya no la puedes ver. Y para poder controlarte un poco he decidido que estas castigado: de la casa a la escuela; y de la escuela a la casa. Sólo te podrán visitar las gemelas Miller. Y Victor te recogerá del colegio —terminó diciendo —Si en algo aprecias a tu amigas harás lo necesario para que ella esta a salvo; y para que esté a salvo debe estar lo más lejos posible de ti. Tienes unos días para alejarte de ella por que tu lo deseas, o de lo contrario... —salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.

No puedo ser. Me ha amenazado, y no sólo a mi; también a Jazz. No entiendo que es lo que pasa, su actitud. Él ha cambiado las últimas semanas. Hay días que lo veo bien, muy activo, optimista incluso hasta sonriente. Pero días como hoy, con una mirada triste, melancólica, cansado, preocupado. No se si solo yo lo veo hacia, pero cada vez lo veo peor. Los días buenos son cada vez menos.

Me asomo a la ventana para ver el jardín. Y veo como camina con la cabeza baja y pensativo; incluso mi hermana pequeña le ha hablado y el no se ha dado cuenta. En eso se queda quieto a mitad del jardín, y como si hubiera sentido que lo estaba observando, voltea directamente a mi ventana.

¡Diablos! —digo sorprendido.

No se si fue por la luz o por qué, le ha visto raro el rostro,le vi los ojos rojos y la cara como si fuera una persona mayor; a pesar de que por un instante me sorprendió verle un rostro tan diferente, no podía dejar de observarlo, era imposible que ese fuera él, debía haber alguna razón del porque lo vi así. Tampoco apartaba su mirada de mi. En eso llega mi hermana pequeña corriendo y le abraza las piernas. Perdemos el contacto visual por un instante. Segundos después alza la vista hacia mi dormitorio y su rostro, sus ojos se ven normales.


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Familia Miller.



En serio papi, ¿tenemos que ir a verlo otra vez? —comenta Paula, una chica delgada de pelo rojizo y ojos verdes.

Así es mi princesa, él es el indicado —le dice mientras se acerca al sillón donde se ha recostado Paula y le da un beso en la frente —Lo necesitamos y eso lo sabes.

Pero, ¿Por qué tenemos que ir las dos? ¿Es necesario? —dice la chica de cabello rojizo con ojos azules, que está en la entrada de la habitación. —Creí que después de algunas “visitas” el ya tendría una preferencia —se acerca a su padre que esta de pie junto a su hermana.

Paola, sabes que esto a veces no funciona así —le dice mientras se acerca a ella y le abraza delicadamente —No somos iguales a todo mundo, nuestro cuerpo es diferente, a veces necesita más tiempo para que exista un acoplamiento debidamente; e incluso ambas pueden estar destinadas a él. —les dice casi en un susurro. —recuerden lo que a mi me paso. Con su madre y tía. Nunca me pude decidir entre quien era la correcta. Ambas se quedaron conmigo; hasta que su madre se enfermó y al final su hermana; su tía, se hizo cargo de ustedes, las cuido y las crío como sus hijas, como ella nunca pudo, necesitaba... —se quedó callado a mitad de su pensamiento —bueno como saben, su abuela; ella también compartío pareja; eso es tan normal para nosotros, aunque por la sociedad en la que vivimos eso no esta muy bien visto, por eso tenemos que ser discretos.

Pero el no tiene un hermano, yo se... —comienza a decir Paola.

Cierto, recuerdo que mi abuela decía que los “mejores”, como decía ella los mejores candidatos, venían en pares; tu tienes un hermano, así como yo tengo a Paola, así como mi madre, mis madres. —comienza a enumerar Paula —si lo piensas bien en toda la familia somos de puros gemelos , y él en cambio está sólo y su hermana también.

¿Por que es él correcto? —Pregunta Paola.

Sencillo, es cierto el aparentemente no tiene hermano. Pero lo tuvo, falleció a las pocas horas de nacido, así como su madre.

¿Su madre? —dice Paula —Pero...

Su padre se volvió a casar con una “normal”, al parecer le dolió tanto la partida de su mujer que... quiso alejarse de nuestro mundo. Pero en el fondo sabía que no podía. él lo sabía, y aún así quiso ser “normal”, por eso se caso sin realmente pensarlo. Si hija sabe que no sirve para nosotros, ella no es importante. Pero Iker tiene el poder... un poder increíble, claro no lo ha desarrollado, pero lo tiene. —decía más para si mismo que para sus hijas —aunque no hubiera tenido un gemelo, él es fuerte. Eso cierto como decía su abuela, son mejores candidatos los que vienen en pares, pero eso a veces no es un requisito.

Ok —dice Paula aburrida — pero entonces si él es fuerte, quiere decir, que su padre lo era en su momento; y se perfectamente que auqnue sea meztiza, su hermana debería tener ciertas cosas ¿no?, al final sería una impura, pero, eso no le quitaría su rasgo.

Porque no es su hermana de sangre —contesta el padre.

Vale, vale, esa historia, todas las historias son muy tristes —Dice burlonamente Paola —Sólo una cosa. Ya quiero formar mi familia algún día, si ambas somos su pareja, eso quiere decir que una de nosotras nunca podrá... o ¿con ambas puede tener hijos?

Es cierto —comenta Paula —yo también lo deseo, al final nos quedaremos las dos con él, a cuando lo decida ¿la otra tendrá la oportunidad de encontrar a alguien más'?

A ver niñas, lo sé, es difícil aceptarlo, lo sé —les dice mientras se sienta en el sillón y sienta una en cada pierna. —La selección aún no se ha hecho, mientras se pueden divertir un poco; la naturaleza es sabia, en cuanto una quedé embarazada el sabrá si necesita a una o ambas. Y para eso falta un poco, aún son jóvenes. Normalmente quedan embarazadas al cumplir dieciocho años. Quizá ambas podían quedar embarazadas al mismo tiempo... no lo sé. Solo disfruten el momento... el tiempo de contestar todas sus dudas llegara pronto.

Estamos hablando de dos años más o menos —dice Paula.

Nos estas pidiendo que tengamos relaciones con él durante este tiempo, ¿sin consecuencias, sin nada? —comenta Paola.

Bueno, como saben, ustedes las mujeres; su poder radica en lo sexual. Con eso consiguen todo: su belleza, juventud, poder, magia. Y si por ahora no se deben de preocupar de nada. Solo de disfrutar.

¿Quieres decir que entre más lo hagamos, más fuertes y poderosas seremos? —pregunta Paula —¿Sin importar con quién? ¿O tiene que ser con... la pareja?

Lo ideal es con la pareja, aunque no necesariamente. —Sin esfuerzo se levanta sosteniendo y levantando a cada una con un brazo y les deja delicadamente en el sillón. —quizá se han dado cuenta que cuando están con Iker, el pierde el control, su voluntad. Simplemente el deseo hacía ustedes es lo único que siente, o , ¿Me equivoco?

Tienes razón papi, cuando estamos con él, solo busca complacernos de todas maneras posibles —dice complacida Paola —lo único es que me siento rara en su casa, no puede él venir aquí, su madre... madrastra nos ve raras, no se si ella sabe lo que...

¿Y tiene que ser del diario? —pregunta Paula.

Es lo mejor para ustedes; lo ideal es que sea en su hogar, con su energía; habrá que hacer algo al respecto para que las dejen a solas con él, mientras lo vistan. Y por la hora creo que ya se tienen que preparar. Es la hora de ir a hacer sus deberes escolares —dice el padre, mientras los tres sueltan una carcajada y salen de la habitación.


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Ian


Otra día más —pienso mientras observo el reloj que está en la mesita junto a mi cama. —Me siento mal —me digo a mi mismo mientras aún trato de asimilar lo que paso hace días.

Aún no se porque, a pesar de que ya han pasado tantos días después de que hable con Jazz, que me atreví a ir a ver a su casa, no he podido salir de casa; de la cama. Creí que la situación, su reacción iba a ser diferente. Pero su rechazo me ha dolido más que si me hubiera golpeado una pandilla.

No he querido comer, levantarme de la cama, que me de el sol, ni de bañarme; simplemente no me dan ganas de hacer nada.

¡Ian! —dicen tras la puerta que tiene mas de diez minutos sonando. ¡Ian! —sigue insistiendo llamándome y tocando desesperadamente la puerta y el timbre.

No se como es que es tan persistente —digo casi en un susurro mientras me tapo la cara con la sabana —ojala tuviera un poco de dignidad, la he tratado peor que una... Nunca me he preocupado por ella, por lo que sienta, por lo que desea —pienso mientras me pongo la almohada sobre el rostro.

¡Ian! ¿Por qué cambiaste la cerradura? —comienza a gritar —Me preocupas, tiene días que no se nada de ti, no has salido de casa, ni ruido haces, dejame pasar cinco minutos sólo para cerciorarme que estas bien y que no necesitas nada —comienza a decir casi en llanto. —¿Estás bien?

En eso suena mi celular, dejo que suene hasta que manda al buzón, inmediatamente comienza a sonar el teléfono de la casa. Un timbrazo... dos... tres... cinco... comienza la grabación del buzón.

En este momento o no me encuentro, o estoy lejos del teléfono o no me ha dado la gana contes... —escucho mi voz en la grabación — después de la señal ya sabes que hacer...

Ian, ¿Ian? —comienza a decir la voz de Rulo al otro lado de la linea —se que estas ahí, Vanessa... yo estoy preocupado hermano... si... no estás solo... tu sabes que...

De mal humor saco la mano debajo de las sabanas y busco a tientas el teléfono que está sobre la mesa —Estoy vivo —digo sin dejarle decir nada y cuelgo al terminar de decir esas dos palabras y lo dejo caer al suelo. —¡Maldita sea! —grito al ver que no me dejan en paz ni cinco minutos, ahora comienza a sonar insistentemente el celular nuevamente.

De un brinco me levanto de la cama y busco el celular que se encuentra en el mueble donde esta el televisor; sin ver ni siquiera quien está marcado, en dirección de la puerta lo lanzo lo mas fuerte que puedo; este al impacto salen volando algunos pedazos en todas direcciones.

No se porque no comprenden que lo único que quiero es estar solo. —digo en un susurro para mí mismo.

Me dejo caer en el suelo. Derrotado. Las lágrimas por más que reuso a que salgan, no puede detener su camino. Abrazo mis piernas y comienzo a llorar como un niño pequeño como cuando pierde algo o se lastima y no hay nadie que lo consuele.

Una y otra vez solo escucho su voz...



***Flash Back***


Luego de algunos días después de verla en el cine con ese “niño” aun sabiendo que está en la escuela en estos momentos, tengo estacionado el automóvil lejos de su casa para que no me vea, pero a pesar de la distancia puede ver sin ninguno problema todo lo que sucede en la entrada de sus casa.

Como ya me he cansado de estar sentado, salgo del auto y camino un poco estoy entumido, no siento las piernas, y comienzo a estirarme un poco.

Aún faltan dos horas para que llegue —pienso mientras veo por décima vez el reloj en la ultima hora. —No se que hago aquí —me recrimino mientras comienzo a caminar de regreso al auto —sabes perfectamente que si te vas, no regresaras pronto —me digo a mi mismo y me detengo inmediatamente.

Por más que lo quiero evitar no puedo dejar de sonreír, esto al imaginar lo que pensarían las personas de mi al verme, hablar, contestarme, caminar, etc, yo solo, sin compañía alguna —Ha de ser algo raro pienso mientras me recargo en un árbol que está en la esquina esperando a que sea la hora.

El tiempo ha pasado tan lento, podría jurar que el reloj no avanza como debería.

Por fin —digo en voz alta cuando veo que un auto se estaciona enfrente de su casa.

Aunque no es muy grato ver que ese niñato se baja junto a ella y la acompaña hasta la puerta y le da un beso antes de girarse y regresar al interior del automóvil. Ella se queda de pie observando como se marcha e ingresa a su casa.

Antes de que ella lograra cerrar la puerta, yo estaba a un par de metros de ella. Se que no me ha visto. Lo sé.

Me detengo delante de la puerta no se cuanto tiempo. Se que no ha pasado mucho, sólo unos minutos, pero, para mi han sido horas de espera y pensar que es lo que le voy a decir. La verdad es que tengo al mente en blanco, no tengo la menor idea de que es lo que le voy a decir.

No se ni como saludarla —pienso mientras decido que hacer, si tocar y dejar que las cosas pasen solas o si darme la vuelta e irme de ese lugar.

La verdad es que decido la segunda opción, darme la vuelta e irme, pero mis piernas no me reaccionan, mis manos sudan. Tomo una respiración profunda y decido tocar la puerta.

Inmediatamente abre la puerta con una gran sonrisa. Se ha sorprendido al verme.

¡Hola! —le digo —te he extrañado, soy un imbécil —termino de decir con la mejor de mis sonrisas.

Ella duda unos momentos.

Hola —me dice titubeante, mientras se acerca y me da un beso en la mejilla —¿Quieres pasar? —me pregunta mientras da un paso hacia atrás.

Gracias —contesto mientras camino hacia el interior y la tomo de la mano —¿No interrumpo nada? —le pregunto — mientras camino despacio en la sala de su casa —Tus papás se encuentran en casa, si hay algún problema yo...

Estoy sola —me responde mientras se detiene —¿Quieres agua, refresco o algo?

Agua... por favor —respondo.

Toma asiento, ahora te la traigo —lo dice mientras camina rápidamente hacia la cocina.

Me sudan las manos. Estoy temblando. No se que decirle.

En cuestión de segundos ella regresa a la sala, me entrega un vaso y se sienta a un lado mio.

Mientras decido como comenzar, le doy unos pequeños tragos al agua que me ha traído. La verdad es que sólo estoy haciendo tiempo.

Ella se desespera un poco.

¿Y...? —comienza a decir. —¿Cómo has estado?

Soy un imbécil —por fin logro decir —yo... se que no estás sola, se que estas con... él; los he visto varias veces. Pero es que... —dudo un poco.

¿Pero...? —dice desafiante —No te entiendo, la verdad quiero entender tu actitud... tu forma de ser... tu... Ahora, por fin decides buscarme, yo... sufrí mucho, como no tienes idea; si estás aquí porque te salude el otro día en el cine... no era necesario...

Por supuesto que no era necesario, no lo hice por obligación, ni compromiso, yo... te extraño —pude decir.

¿Extrañarme? No creas que no me di cuenta, en el cine tu... corrías... como si no quisieras verme, esa es la impresión que me has dado.

Cierto. Tienes toda la razón. En cuanto te vi con tu... nov... con él; no podía verte así. Me duele —no sabia como expresar lo que sentía — No se que me pasa contigo yo...

¿Sabes una cosa? —me dice molesta —creo que ya es tarde para eso; creí que tu y yo podíamos...

Yo... yo también lo deseo. Se que he perdido el tiempo. Tu para mi eres...

Ian —me dijo sin dejarme terminar la frase —ya es tarde —me dijo con dolor —Cierto, yo me ilusione contigo cuando te conocí... soñaba despierta contigo después de ese... beso; mi primer beso, por si no lo sabias —yo quiera decir algo, pero ella con un movimiento de su mano me detuvo —Sufrí por ti, por no saber nada de ti. Después de mucho tiempo te volví a ver, yo sentía... y tu te comportaste como un patán; comenzaste a gritarme en la calle que solo era una niña —los ojos se le han puesto cristalinos —me gritaste que no querías cambiar pañales, que preferías a una mujer que a una niña; y no me veas con esa cara, sabes que tengo razón. Yo...

Lo sé —le dije apenado —Jazz si tan solo me dejaras explicarte el porque de...

Ella me interrumpe, no hace caso a mis intentos de defnderme.

No tienes idea el daño que me hiciste en ese momento; cuando me sentía peor, Ed, no sé si te enteraste él tuvo...

Lo sé, tuvo un accidente. Yo me enteré tarde... Y cuando te fui a a buscar, tú no estabas sola; por eso no me acerque a ti...

Buen pretexto, ¿no crees?... estabas acompañada... —suspiró pensativa —Tú también has estado acompañado y yo... eso no fue un impedimento para que yo me acercara a ti... yo me acerque a saludarte.

No es lo mismo, si tan solo me dejaras explicarte yo...; quizá me puedas comprender —le dije tratando de tranquilizarla un poco, ella se encontraba muy exaltada —Se que no es para justificarme, pero, si supieras el porque...

Tuviste mucho tiempo, pudiste buscar la oportunidad para que habláramos, para que te “justificaras”. Ha pasado tanto tiempo de eso que... no se si valga la pena escuchar lo que me tengas que decir; yo... tú lo sabes, no estoy sola, Iker esta conmigo...

Iker, mmmh —pensé un momento —Él ha sido el problema desde un principio; quizá no fue su intención pero él... y... mis celos.

¿Celos? ¡¿Celos?! —alzó la voz —Por favor Ian —no pretendas dorarme la píldora que todo ha sido por celos. ¿Celos de qué?

Aunque no lo creas, me muero de celos cada vez que te veo con él... cada vez que estas cerca de él... solo de pensar que tu y él... —Comencé a decir, con un nudo en la garganta. —Cuando se debería de tratar de tu y yo...

Por favor, no me hagas reír. Tu y yo, nunca ha existido; y quizá no exista más.

Jazz —digo con esfuerzo —no me digas eso... por lo menos hasta que escuches mi historia. Si después de escucharla tu decides que lo mejor es que yo este lejos de ti, lo comprenderé y no te buscaré más. Sólo te pido que me escuches, que lo pienses después y que tomes una decisión. —Le dije de manera suplicante. —Escuchame, necesito unos minutos para explicarte y si lo deseas me marcharé y te dejaré en paz.

¿Y crees que con algunas palabras que me digas... yo pueda cambiar la idea que tengo de ti?

Quizá no —le dije melancólico —pero quizá me des la oportunidad de ser tu amigo, si es que no deseas nada más yo...

Vale, no te prometo nada. —Accedió quizá al ver mi desesperación en mi voz — Dejare que cuentes tu historia pero no creo...

Gracias —dije con una débil sonrisa.

En verdad no creí que ella fuera tan fuerte, que tuviera este carácter. Me ha sorprendido. Siempre la vi tan frágil; pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado. Ella a pesar de sus edad es incluso más madura que yo.

Aunque te cueste creerlo —comencé a decir. —Desde el momento en que te vi, cuando llegue tarde a tu casa... tarde para el primer ensayo, quede más que impresionado contigo y no solo por tu belleza, hay algo en ti, que no se encuentra tan fácilmente.

Pero... bueno creo que te gustan mmm... las cosas fáciles ¿no? —me dijo con tono de dolor en su voz.

Fui un idiota, eso, ¿es lo que quieres escuchar? — le dije sin encontrar otras palabras —soy un imbécil, que muere de celos cada vez que te ve con ese niñato. La vez que te grite en la calle, que dije puras... taradeces... mmm... te fui a buscar a tu colegio dos veces y él estaba contigo, te dio regalos y tu... tu te veías tan feliz; yo... bueno me emborrache, lo tome muy mal, se que debí de buscarte pero mi... no se, en vez de buscarte a ti, me fui a lo que tenía más cercano —dije con voz baja —se que no debí hacerlo. Lo sé. Pero lo hecho, hecho esta.

Que fácil, ¿no lo crees?, pobre de ti —dijo con cierto rencor —yo creí que tu y yo... pero ya ni caso tiene yo...

No. No digas eso. —Traté de calmarla un poco —se que debí de buscarte, darte una explicación, dejar que tu me dijeras que yo no podía pertenecer a tu vida... Debí de buscarte hace meses pero...

Cuando más te necesitaba, tu... me habías lastimado... me lastimaste como nunca nadie lo ha hecho y...

Ahora lo se. Tu hermano. El accidente. Yo enteré un par de semanas después, en cuanto lo hice fui al hospital a buscarte y te vi... estabas con él, te abrazaba... te besaba. No pude soportarlo y salí de ahí sin acercarme.

Vaya, pero si creí que estaba con un chico —dijo con cierto odio —nunca pensé que estaba tratando con un niño al que hay que cambiarle los pañales —se levanto del sillón de improviso y camino hacia la puerta —Ahora es tarde, no sabremos que pudo haber pasado...

Sólo te pido... una oportunidad... de que me conozcas más —por favor, no me digas eso, yo... sé que fui un inmaduro, si tan sólo te hubiera buscado antes quizá tu...

Nunca lo sabremos —abrió la puerta y se quedó a un lado de ella —si me disculpas tengo cosas que hacer.

¿Es definitivo? —pregunté temeroso.

Ahora estoy con Iker —terminó diciendo mientras yo salia de sus casa.

Sin dudarlo un segundo cerró la puerta tras de mi y ni si quiera espero ver como me aleja de ahí.


*** Fin Flash Back***



¿En verdad estás tan desesperado por reconquistarla? —escucho que alguien me dice.

Yo me quedo sorprendido. Abro los ojos en ese momento. No comprendo nada. No entiendo como ha entrado a mi casa. No la conozco. Pero se me hace tan conocida. Aunque esa mirada...

¿Qu-quién e-eres? —pregunto temeroso al percatarme que no esta sola, sino que hay dos más detrás de ella.

Digamos que podría ser tu amiga. Mejor dicho tus amigos. —terminó por decir mientras entraban los tres a la habitación y cerraban la puerta detrás de ellos.

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