jueves, 23 de febrero de 2012

Epílogo de Amar... Te Duele




Amar...Te Duele
Epílogo



Años después...



Sábado por la mañana en un parque


—Thais, una pregunta —Kaled se acerca a ella corriendo, mientras Thais se detiene— Dame dos segundos para recuperarme —le dice mientras con una mano se agarra las costillas—. Vaya en verdad tienes muy buena condición física, vengo detrás tuyo desde hace más de cinco minutos llamándote y...

—Perdón... —se quita ambos audífonos—, es que me encanta correr con la musica fuerte para que nadie ni nada me distraiga, no creas que lo hice a propósito. Pero vaya —le dice sorprendida— en verdad tu condición es fatal Kaled...

—El cigarro...

—Y los tacos, las hamburguesas, los refresco, las papas fritas...

—¡Para, para...! —le hace un ademán con la mano— que si escuchara mi santa madre mi dieta, desde cuando me hubiera regresado a  vivir a la casa con ella.

—Pues es que deberías tratar de agregar a tu dieta algo de verdura, y no solo conformarte con una rodaja de pepinillo, una hoja de lechuga y el cilantro de los tacos —comienza a reír Thais— ve la edad que tienes y estas a nada de un infarto.

—No todos podemos ser como tu, nena —le dice sonrojado— una de las mejores de la generación, con vida sana, y hasta santa... —comienza a reír— no se como puedes vivir con Aina, ella es todo lo contrario  a ti...

—Es buena chica —mueve la cabeza— un poco rebelde en realidad, pero una vez que la conoces, es que es un amor... 

—Pues, a muchos nos da un poco de miedo... eso de andar de gótica es...

—No quisiera ser cortante Kaled, pero la verdad es que me enfrío y aun me faltan cuarenta minutos para terminar y...

—¿Te estas preparando para un maratón o algo así?

—Es por salud... y no estaría nada mal que algún día me acompañaras...

—¿En verdad?

—Cuando quieras... —Kaled se le queda viendo como un bobo sin moverse ni decir nada— ¿entonces...? —Thais le recuerda que está esperando el motivo por el que la detuvo.

—¡Ah! —dice confundido— a... ya... bueno, lo primero... ¿Ya tienes planes para hoy en la noche?

—Para hoy... adelantar el proyecto del profesor Leyva... 

—Eso me lleva a mi segunda pregunta... ¿ya tienes equipo para ese trabajo?

—Pues solo con Aina... ¿quieres hacerlo con nosotras?

—Pues si no te molesta... la verdad es que con mis amigos no se puede... y si sigo trabajando con ellos Leyva me va a tronar...

—Claro no hay problema... ¿cuándo quieres que lo empecemos a ver? ¿Hoy en la noche está bien?

—Eso me lleva a mi primera pregunta —sonríe mientras le toma la mano— sé que es de ultimo momento... la verdad es que yo no pensaba ir... bueno mis padres me obligan... y la novia de Tadeo, mi hermano no va a poder ir a la boda de Selia, mi prima que se casa hoy en la tarde y la fiesta es en la noche... entonces como en casa no quieren que se pierda su lugar, me lo ofrecieron a mi... qué si tenía una amiga a quien invitar... me hablaron hace unos minutos, qué fue cuando te vi pasar corriendo y me preguntaba si...

—¿Y Caliope?, creí que ella es tu... —ahora Thais es la que se sonroja— no creas que te espío o algo parecido... pero como siempre andan juntos en la facultad...

—Eramos novios... hace más de un mes que terminamos...

—Pues si no crees que ella se...

—No tendría porque Thais, entonces eso quiere decir que...

—Sabes donde vivo ¿no?

—¿Está bien si paso por ti a... a las seis?

—¿Alguna forma en la que...?

—¿Cómo te sientas más cómoda...? pero por favor... nada que sea del guardarropa de Aina, que a mi madre le da un infarto. —Se acerca a ella y le da un beso en la mejilla—. Hasta al rato Thais.

En cuanto Thais vio que Kaled se alejaba de ahí, volvió  aprender su mp3, se puso los auriculares, y retomó el camino del parque para seguir corriendo un rato más, tomando antes el tiempo que le faltaba.


*****


—En verdad Thais, ¿vas a salir con él? —Aina le decía mientras estaba acostada en su cama viendo como escogía su amiga el vestido correcto para la fiesta.

—Pues no le veo nada de malo...

—Caliope dicen que es de armas tomar...

—¿Y...?

—Vaya, llevo conociéndote un poco más de tres años... y en todo este tiempo, es la primera vez que te veo esa mirada picara...

—Pues la verdad es que no veo ningún problema...

—Pues esperemos a que ella opine lo mismo...

—¿Cómo ves este vestido?

—Espantoso Thais... el negro dejamelo a mi... mejor... porque no usas el rojo con pedrería o el fush... —Aina se puso de pie— tengo el vestido perfecto para ti... —y sin más salio de la habitación.

Thais a pesar de los años que han pasado, es que aún le cuesta trabajo reconocerse a sí misma, parada frente al espejo, aún recuerda cada peca, cada lunar que tenía, añora su cabello largo y rubio ligeramente ondulado como su madre, Desiree, pero lo que más extraña son sus ojos.. sus ojos grises con un tono lila, de los que siempre se cuestionó de dónde los había sacado, hasta que Dayrys su abuela le dijo, que eran idénticos a los de su padre, Sébastien. Eso le hacía sentirse única, ya que ni su hermana Aimee los tenía así. 

Pero tanto por ella y por todos los que amaba, tuvo que renunciar a todo eso y más.

Ahora y desde hace casi cuatro años aunque le ha hecho algunos cambios a su cabello, trae el mismo look: un corte desmechado en puntas en castaño con algunas mechas en tono miel, dejó a un lado el bronceado y ahora luce un tono blanco en ella. Su cuerpo delgado aunque sigue siendolo, se ve ahora como una adulta y no de una jovencita y es más fuerte más marcado gracias a las horas de ejercicio que hace diario. Sus labios delgados, los hizo mucho más carnosos, la nariz fue lo único que se dejó idéntica, y los ojos ahora son de un tono azul claro.

La ultima vez que usó sus poderes, fue cuando dejó a su familia en la casa de la playa, cuando decidió que los amaba tanto que no los pondría en peligro, ese fue el motivo por el cual con ayuda de Glorian preparó poder lograr un cambió de look duradero, el transportarse sin ser detectada y borrar todos los rastros que llevaran a ella.

En un principio creyó que Glo no iba a cumplir su palabra, pero si lo hizo... ella si; Jazz no pudo cumplir la única promesa que le hizo a Ian,  ¡Que lo esperaría!

Una lágrima comienza a recorrer su mejilla ahora que los recuerda... pero sabe que no puede ser débil, después de tanto tiempo no puede.

—Mira Thais, —entra Aina con un vestido largo tipo halter azul eléctrico decorado en la cintura con un bardado de pedrería en la mano— ¿te encuentras bien? —le dice al ver que está llorando.

—Sí, no me hagas caso... es que estaba recordando...

—A tu familia...

—Más o menos.

—Bueno, nena sabes que siempre que lo desees pued...

—Lo sé, gracias Aina... —Thais se limpia las lágrimas— ¿Y ese vestido?

—Mi madre... hace unos meses me lo mando, quería que lo usara cuando mi hermano se graduó y... —lo saca de su bolsa y lo extiende para que lo vea bien— ¿me imaginas usando algo así?

—La verdad es que no es tu estilo...

—Pero el tuyo si...

—Anda, ve a darte un baño que tenemos sólo una hora para que estés listas...

—¿Tenemos?

—Ni creas que tu sola te vas a arreglar... eres tan capaz de  de ir de cara lavada

—Pero, ¿cómo crees que...?

—Caliope en cuanto sepa que fuiste con su amado Kaled... por lo menos que se muera de celos al ver la guapísima que te veías...


*****


Casi una hora después Kaled tocaba la puerta.

—Hola, Aina, ¡Buenas noches! —Dice educadamente— ¿Thais, ya estará lista?

—Pasa Kaled, que no muerdo —abre la puerta más para que entre.

Y unos minutos más tarde ambas salen de una de las habitaciones, y caminan hacia la sala donde está Kaled esperando.

—¡Wow! —sorprendido se queda al  verla— te ves... wow, me has dejado sin palabras...

—¿Nos vamos?

—¿Me dejan...? —Aina les enseña una cámara fotográfica.

—Solo una Aina... sabes que odio las fotos...

—Vale, vale, con una me conformo.

Cinco minutos más tarde salían del departamento, mientras esperaban el elevador, Kaled no le quitaba la vista de encima.

—En verdad, te ves...

—Si me lo sigues diciendo... me lo voy a creer...

—Deberías... la verdad es que me sorprende que alguien como tu... y no solo lo digo por tu belleza sino por muchas cosas es que no comprendo porque nunca te he conocido un novio...

—Pues, es que no me da tiempo... además hay cosas más importantes que...

—Es cierto, entre el trabajo, las clases, los deberes, no te queda tiempo libre realmente y cuando lo tienes siempre que te veo estas corriendo... o nadando...

—No es para tanto... es cuestión de organizar el tiempo solamente...

—Por cierto... espero que no te moleste... en el auto está mi primo Lucan y viene con una amiga...

—Entre más seamos... más divertido ¿no? O por lo menos eso es lo que dice Aina.

Una vez que salen del edificio, enfrente está estacionada una camioneta plateada. Con dos personas fuera de ella. Están abrazados. Thais y Kaled caminan hacía ellos. Cuando los dos chicos que están en la calle escuchan los pasos se separan un poco y Lucan se voltea a ver a su primo y su acompañante.

—Hola —dice el chico rubio— Soy Lucan, el primo de Kaled y ella es...

—Paola Miller —dice sonriente.

En ese momento Thais como si viera una película solo para sus ojos, ve la imagen de Iker, Ian, Aimee, Jazzlyn... sabe que no ha terminado su historia, lo ve en los ojos sonrientes de la chica pelirroja que está frente a ella y se pregunta si la reconocido, por primera vez en mucho tiempo se pregunta que es lo que ha pasado con todo y todos...

—H-hola —dice titubeante.

—¿Nos hemos visto antes? te me haces tan familiar que...

—N-no lo creo... un rostro jamás lo olvido y... —desde hace mucho no sentía correr esa energía, ese enojo en ella y sabe que si no se controla las cosas pueden salir mal.

—Es que por un momento recordé a... —Paola sin dejar de verla directamente a los ojos dice— no me hagas caso, a alguien que hace años desapareció, creemos que está muerta, pero si no lo está... ella deseara estarlo...

—¿Nos vamos? —Kaled ve en nerviosismo en la mano que tiene tomada de Thais y decide cambiar el tema.

—Y-yo...—Thais comienza a decir.

—No querrás perderte la diversión, ahora que está a punto de comenzar, o ¿si? —Paola con una mueca en los labios sube al auto.

Y sin decir más los tres hicieron lo mismo, la única diferencia es que en el rostro de Thais, en sus ojos se notaba el terror que tenía ante estas últimas palabras.

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