martes, 30 de julio de 2013

Dulce Desafío Capi 5 "¡Feliz Cumpleaños!"



Capítulo Cinco
¡Feliz Cumpleaños!

Escrito por Felin28


El primer semestre en la universidad tanto para Madison como para Maritxell había transcurrido sin grandes complicaciones, a pesar de tener que compartir habitación algo que desde hace casi diecinueve años no lo hacían, decisión de sus padres de darles a cada una su espacio a la corta edad de tres meses de edad.

Y aunque en un principio ambas habitaciones fueron decoradas de manera similar en tonos pastelosos, muebles sencillos pero con estilo, conforme fueron pasando los años fueron cambiando radicalmente.

Madison buscaba más un estilo cueva (nombre que Maritxell le había dado a la edad de ocho años) ya que antes le fue imposible hacerlo a su gusto porque sus padres se negaban a que la habitación de una de ellas fuera tan obscura, es que gracias a los consejeros y libros de educación infantil accedieron que poco a poco la decoración fuera obscureciéndose tanto en muebles como colores, primero pasaron por cafés, rojos, morados, gris oscuro, hasta que consiguió que en su mayoría fuera negra, con algunos detalles en color, algunos cuadros y decoraciones clásicas dark, su refugio quedo a su gusto hasta la edad de trece años, y hoy que está a punto de cumplir diecinueve, y lejos de casa, había conseguido a pesar de sus limitaciones el mismo aspecto a su lado de la habitación.

Maritxell era todo lo contrario, ella amaba lo blanco: la luz, como diría Madison con decoración cursi. De pequeña su habitación también fue cambiando de colores, rosa pálido, amarillo, lila, blanco… pero se le hacía tan soso que normalmente lo combinaba con colores fuertes, solo un toque porque las niñas bien no pueden verse vulgares. Había pasado por rosas, morados, rojos, naranjas, azules, predominando el fucsia; y así precisamente tenía la parte  que le correspondía de la habitación: blanco con fucsia con miles de peluches de mariposas, libélulas que ama y cojines por doquier. Todos regalos de su perfecto novio: Carter.

El cual no tardo nada en pedirle que fuera su novia, algo que había conseguido solo una semana después de que lo conoció, convirtiéndose no solo en la envidia de la mayoría de las chicas, sino también de su hermana.

Carter ha vivido en ese pueblo la mayor parte de su vida, internado en los mejores colegios no solo del país, sino del mundo desde niño. Y es por eso que muchos ya se conocen con anterioridad y el mote de las “nuevas” las hermanas Dempsey tuvieron que cargar por algunos meses al ser la primera vez que estaban en Bakerville, en realidad Madison sigue siendo la nueva para la mayoría, porque como de costumbre las amistades de ella es igual a una, casi dos, en cambio Maritxell a los tres días ya era conocida por la mayoría y a la semana por todos, algo que la popularidad de Carter ayudó.

Madison se la pasaba o en su cueva o en la biblioteca cuando no estaba en ninguna aula. Después de tres meses y a pesar de que su comienzo con Damian no fue el mejor, este que le pidió que fuera su asistente. Alegando que al ser el “nuevo” profesor, entre preparar las clases, revisar documentación, entre otras cosas perdía la cabeza y se perdía en su mundo y que alguien le ayudara a ordenar le vendría de lujo. Al principio era dos veces por semana un par de horas, después fueron cinco veces por mucho más que tan solo dos horas. Aunque era su profesor Madison amaba pasar el tiempo en esa pequeña oficina.

Damian era su único amigo.

Algo que muchos no veían con buenos ojos, incluso Maritxell que no le gusta mezclarse con ella,  ni en su vida se lo hizo ver dándole un pequeño consejo, que no hiciera cosas buenas que parecieran malas, que si quería hacer “cosas” había manera de llevarlas en secreto;  algo que Madison ignoró completamente.

Estaba cansada de seguir y acatar sus “peticiones”, y de su ayuda no solicitada.

Para evitar malos entendidos, esas cuatro o cinco horas normalmente dejaban la puerta de la oficina entreabierta, para que no se diera lugar a habladas. Mayormente trabajaban sobre las materias que impartía y le ayudaba a preparar sus clases. Al tener materias comunes con otras facultades y con la facultad de publicidad, era demasiado trabajo para que él pudiera llevar todo, por eso es que la mayoría de los profesores tenían asistentes del último año que también les servía como servicio social y preparar sus tesis, pero tomar a alguien de primer ingreso no era tan común. Cuando quedaba tiempo Damian ayudaba a Madison con sus demás tareas, y en sus descansos hablaban de todo un poco, música, libros, comidas, etc.

En un principio fue solo un pretexto para estar con ella a solas, pero después se dio cuenta que era la chica correcta, y aunque llevaba casi siempre ropa poco favorecedora, era hermosa. Y él pensaba sacar ese lado de ella: el sexy.

Madison y Maritxell solo tenían tres materias comunes, y contando las noches que compartían habitación y alguna vez se hayan cruzado en el comedor, eran pocas las veces que cruzaban palabra alguna.

Algo que ambas agradecían enormemente.

Por primera vez llevaban vidas separadas.

Maritxell se estaba terminando de arreglar para su cita.

—Mmm… carraspea para llamar la atención de Madison— ¿estas segura que no quieres ir a la fiesta para celebrar mi… nuestro cumpleaños Mady? Está bien que no somos las mejores amigas del mundo, pero por una noche… —dice con un cierto tono suplicante— podemos… estar juntas unas horas, yo voy a cenar primero con Carter y de ahí nos podemos reunir con…

—Lo siento Calliope, —se pone de pie— es que ya tengo planes, además son tus amigos y no los míos. —Y sale de la habitación.

—Mierda Madison, ¿qué planes puedes tener? ¿Irte a encerrar a la biblioteca?, sabes… —se asoma por la puerta para seguir gritando— es triste que nadie a parte de mí te pueda decir: ¡Feliz Cumpleaños Mady!, eres patética.

Madison sonríe.


Sabe que Maritxell no será la única que le deseé feliz cumpleaños este año, claro aparte de sus padres que a primera hora del día les hablaron por teléfono; hay un chico alto, delgado, ojos verdes, cabello castaño, una hermosa y encantadora sonrisa, un cuerpo que ama, unos años mayor  y peligroso para ella, quizá eso es lo que más le gusta de él.

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