viernes, 16 de agosto de 2013

Dulce Desafío Capi 9 "¿Vale La Pena?"



Capítulo Nueve
¿Vale la pena?

Escrito por Felin28

—¿Sabes? Me gustan los retos, y si estas… estabas detrás de Mady creo que también a ti te gustan —Damian la suelta al sentir un escozor en sus manos— pero no por eso te voy a poner todo en bandeja de plata… ¿quieres conseguir algo? Que te cueste un poco… no soy tan fácil y el circo… ¡bah! —hace un además— veremos a quien le creen más a las hermanas acosadas por el profe nuevo o tú con tus cuentos chinos de que… ¿Cómo les has llamado? —comienza a reír— ah, si… “secretos”.

—No estoy jugando niña… sé que ustedes…

—¿Tienes pruebas? —Meritxell le dice con una sonrisa fría en los labios— o las consigues o me ofreces algo que yo desee… nunca he pedido nada y no lo pienso hacer ahora.

—Te crees muy lista Calliope…

—¿Para qué quieres realmente a la aburrida de mi hermanita? —se acomoda la ropa— además ella… ella nunca será tuya, porque está enamorada de alguien más…

—¡MIENTES! —Damian grita sin poder evitarlo— ella…

—Se sentía a gusto a tu lado porque eras el primero en su vida que la notó antes que a mi… solamente es eso, y créeme a eso no se le llama amor ni en China.

—¿Y según tú… de quien está…?

—Sueña… no soy tan estúpida como ella como para contarte todo, a él lo necesito para… —se detiene y se muerde el labio— quieres tener información pues gánatela…

—Tengo manera de obligarte…

—Mira… como tiemblo —extiende su mano en dirección a él.

—No sabes con quien te estás metiendo…

—Dando dando… pajarito volando… —Meritxell se da media vuelta— quieres información, pues tendrás que hablar tu también.

Meritxell camina lo más segura posible alejándose de él lo más que puede, sabe que estar rodeada de gente le ayudará a “estar a salvo”, es la primera vez que se siente de esa manera con alguien.

El deseo que sentía en ese momento era superior a ella, pero ¿Qué podía hacer?

Estaba temblando exactamente no sabía porque. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta que Carter estaba caminando hacia ella.

—¡Cally! —le dice a centímetros de ella por la espalda en su nuca.

Mierda, mierda…

—Ahora no Carter… —se voltea con toda la intención de salir de ahí, con lo excitada que se siente ahora es capaz de “darle entender” falsas esperanzas— tengo tantas cosas en la cabeza…

—¿Qué es lo que he hecho? Porque tienes días que…

—¡Puff! Hablas igual que la idiota de mi hermanita…

—No entiendo como pueden ser gemelas si son tan… —comienza a decir, pero al ver su expresión cambia de idea— y hablando de ella, ¿Por qué se te está escondiendo?

—¿No es obvio?

—Cally, en verdad yo te amo y tu indiferencia… y no tengo la menor idea de lo que le sucede a Mady…

—Ella está enamorada de ti, y eso ha hecho que yo…  —ninguno de los dos van a arruinar sus planes— tenga mis dudas… acerca de nosotros, porque ella no se fijaría en ti, a menos que tú…

—Jamás… yo jamás sería capaz de…

—Pues entonces aclara con ella eso y después quizá podremos… ahora las personas en las que menos confió son…

—Te amo nena, Cally eres la mujer con la que deseo… —Martixell le pone un dedo en los labios.

—No digas cosas de las que te puedes arrepentir y con ese me lastimes más de lo que… —una lagrima recorre una de sus mejillas y se aleja de él, en cuanto le da la espalda una sonrisa brilla en su rostro.

—¡CALLY! —Carter grita detrás de ella— te amo…

Madison cuando vio a lo lejos a su hermana estuvo a punto de cambiar de dirección, estaba tan molesta con ella por tratarla como una chiquilla idiota que no deseaba estar cerca de ella, pero cuando se dio cuenta que Carter le veía, desde la distancia decidió ver el espectáculo desde lejos, de manera incógnita en medio de los demás estudiantes que estaban en el mismo pasillo.

—Clary —Julieta, la única chica con la que Madison se llevaba medianamente bien se acercaba a ella y le ponía una mano en el hombro— no te ofendas linda, pero él no pasta en tus terrenos.

—¿De qué hablas Julie?

—Si yo me he dado cuenta… piensa en los demás… —le sonríe— Carter solo anda con chicas populares como Meritxell, nosotras somos invisibles a chicos como él.

Madison sonríe tristemente, aunque sabe que Julieta tiene razón, no quiere aceptarlo.

Y no piensa aceptarlo.

No ahora.

Estaba cansada de ser su sombra, era hora que ella destacara más o igual que ella.

—Las reglas —Madison dice muy segura— están hechas para romperse Julie.



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