jueves, 5 de septiembre de 2013

Dulce Desafío Capi 11 "Trampas"



Capítulo Once
Trampas

Escrito por Felin28

Madison es que no se podía resistir ante lo que sentía por Carter, hace casi un año que lo vio por primera vez se enamoró de él perdidamente, pero como de costumbre su hermana se había fijado en él también y era más que obvio que entre la chica oscura o la típica chica popular que encaja en todas partes pues no le costó tanto trabajo decidirse.

Es cierto Madison Clarisa se hizo  a un lado y dejó que Meritxell Calliope como siempre se saliera con la suya.

Y lo único que deseaba era besar esos labios tan carnosos que la incitaban a saborearlos, muchas veces, por no decir que todas las noches soñaba con él, incluso alguna sudadera, camisa de él que Maritxell llevaba a la habitación cuando esta dormía se levantaba y disfrutaba oler por horas el olor de Carter impreso en esas prendas, algunas veces se dormía con ellas abrazadas y antes de que amaneciera se levantaba y la ponía en su lugar.

Hoy tenía esa oportunidad, la que desea desde hace mucho.

Y no piensa desaprovecharla.

Madison se estira lo más que puede sobre la punta de sus pies y pone la mano derecha en la nuca de Carter y sin más comienza a besarlo.

Carter en un principio lo acepta gustoso que incluso la abraza y la atrae más hacia él, Madison se siente en el cielo entre sus brazos hasta que Carter abren los ojos y asustado la aleja de él.

—Perdona Madison —se disculpa— no… no puedo, yo…

—Carter no me rechaces…

—Amo a tu hermana… amo a Meritxell y no puedo…

—Ella no te ama… ¿Por qué crees que te está sacando la vuelta desde hace días?

—He hablado con ella y está confundida… dice que tú…

—¿Yo?

—Lamento si en algún momento te hice creer que tú y yo… pero Meritxell es la mujer con la que deseo…

—Pero… ¿no te entiendo? ¿tú y yo? —Aunque Madison trata de contenerse, por sus mejillas comienzan a recorrer dos lágrimas silenciosas y se le hace un nudo en la garganta lo cual le dificulta hablar— aunque ella es mi hermana… no confíes en ella siempre es una…

—Solo porque eres mujer… —dice ofendido— pero no pienso permitirte ni a ti ni a nadie que hable mal de la mujer a la que AMO —alza la voz con la última palabra para remarcarla— ¿te ha quedado claro?

—¡Carter! —Drew llega a su lado y le llama la atención— creo que no es… la forma en…
Pero Carter no lo escucha y se da media vuelta no sin antes dedicarle una mirada de desprecio a Madison antes de correr de nuevo por la pista.

Madison se siente avergonzada y quiere salir corriendo de ahí y refugiarse en su guarida donde nadie más la pueda molestar y ella no se meta en más problemas.

Pero Drew la toma del brazo antes de que pueda un paso y sin más la atrae hacia él y la abraza consolándola. Madison no se resiste y comienza a llorar en sus brazos.

— ¡Vaya, Vaya! —escucha que una voz conocida le dice a la espalda— jamás creía que fueras como la zorrita de tú hermanita Clary —termina diciendo Damian con desdén.

Drew está a punto de decir algo, pero Madison lo detiene.

—Di lo que te venga en gana PROFESOR, las cosas de quien vengan —toma la mano de Drew y comienza a caminar en dirección contraria.

—Solo te voy a decir una cosa Clary… piensa en tu hermana antes de hacer algo.

—Aunque seas un profesor, no voy a permitir que… amenaces a nadie y menos a una dama —Drew comienza a decir— al consejo estudiantil o al rector no le gustaría saber…

—No se metas en asuntos que no le competen sr. Morrison las hermanas Dempsey tienen un pendiente conmigo el cual puede llevarlas a la expulsión de la academia… por eso “mi amenaza”… físicamente ellas no corren ningún peligro a mi lado.

—Pues profesor Silver, solo recuerde que Madison y Meritxell no están solas… nunca —Drew dice en forma de reto.

—Eso es bueno saberlo Morrison —Damian comienza a reír y pasa a su lado golpeándolo con el hombro cuando lo hace.

***

Meritxell estaba aún dudando si ir detrás de su hermana para enfrentarla al romper su juramento y entrar a consolar al pobre de Damian, pero aunque le trae ganas a su profesor, decide ser nuevamente clara con su hermanita la torpe.

A penas ha dado dos pasos cuando Damian sale de su cubículo con pasos furiosos y ha dejado entre abierta y sin llave la puerta, algo que nunca hace.

Los planes de Calliope han cambiado.

Entra y cierra la puerta, es una oficina mediana llena de cuadros y reconocimientos—como la mayoría de las oficinas de los profesores—un estante de libros, un pizarrón con notas y anotaciones, un escritorio perfectamente en orden, nada fuera de la común, hasta que aun lado del escritorio y el sillón hay un pequeño mueble negro que llama se atención.

Por lógica está cerrado, algo que no le impide continuar su búsqueda a Calliope y comienza a revisar los cajones, la mayoría papeles que no tiene ningún interés por revisar, pero hay dos pequeñas libretas negras, con un eclipse gravado en oro en la portada… uno destacando la luna, y el otro el sol.

—Como nuestros dijes —dice en un susurro y toma ambas libretas— creo que es hora de revisar el libro del abuelo…

Cierra el mueble y lo cierra, cuando se gira la puerta se abre y ella deja caer al suelo los pequeños libros por la impresión.

Eyén con su 1.52, delgada cabello negro rizado, ojos azules y labios gruesos, la mejor amiga de Meritxell abre la puerta.

—¿Estás loca Xelly?

—¿Qué demonios haces aquí?

—Te he visto entrar a hurtadillas y el profesor Silver está en las escaleras con Maia que lo está entreteniendo.

—¿Maia?

—Te conozco y le pedí que hiciera guardia abajo por si regresaba… ya sabes su pechonalidad nos consigue unos minutos extras, pero… será mejor que nos vayamos.


Meritxell asiente y sonríe, se agacha y toma ambos libros y salen juntas de la oficina antes de que alguien más las sorprenda ahí.

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